A MARIANA MATTA QUE SE FUE Y SIEMPRE ESTARÁ REGRESANDO

Ahí llegaba Mariana, cantora, siempre con destellos de risas, de paso acompasado…, siempre cantora. Una barcaza pequeña hamacándose en bienvenidas.

Allá por los ochenta, bolso en mano, la trajo a Mendoza su empeño indomable, era niña mujer armada con futuros y esperanzas. Desde La Rioja, tierra de nacimiento, con un mundo de fusas y corcheas de su casa, se vino repleta de partituras, y la voz que le trepaba desde las entrañas. Pequeña gigante, con ganas de dar batalla a la vida. Acá estaba.

Cambió las sierras y la quebrada, por la cordillera blanca. Sanagasta por La Consulta. Los olivares y las parras…, por otros olivares y otras parras. El Famatina en sus venas, y el secano, tan propio allá y acá, como la polvareda que se trepa en un zonda caliente que hiere los páramos y las casas.

El piano se rendía antes sus manos mariposas, ellas jugaban con dedos en trance creando volteretas de octavas, repiqueteaba cada nota como pájaro de amaneceres, la caja de madera vivía feliz al placer de su llegada.

Por mil barrios anduvo, de mudanzas a cuestas, donde dormir, donde estar, escenarios propios las calles, la vida como emblema, la maternidad llegada. Las grandes tablas cortinadas con lujos, como las veredas y las casas, sintieron la voz de la chaya y la vidala. Mariana estaba dando vueltas en la vida, y se le trepaba por el garguero, para hacerse luz en la cara, su voz con registros sin medidas, a puras ganas.

Agitó su palabra en clases, pequeños, medianos y grandes atentos a la enseñanza, maestra de placeres sonoros, música como bandera, ojos brillantes entregando pizarrones repletos de gozos. Banquetes de cuerdas, teclas y sopladas, cantora, siempre cantora, Mariana.

De La Rioja a La Consulta, de mirar al Cerro de La Cruz para dejar sus ojos repletos en el Cordón del Plata, el Tupungato y un Chile imaginado del otro lado. Sufriendo, las nieves eternas vencidas por la humanidad, glaciares muriendo. Su voz se montó en lucha defendiendo el agua pura, su voz se levantó luchando por la igualdad de las mujeres cantoras, músicas, mujeres…, mujeres por ser mujeres.

Tu luz no se apaga Mariana Matta, tu carcajada y la voz se viene de chayas, harinas y albahaca, te espera La Rioja y Mendoza, porque siempre estarás regresando.

POR: Rubén Vigo