DE BUENA LECHE

Como esos gestos que muchas veces faltan en estos tiempos modernosos y de capitalismo reinventado. La empresa familiar Tambo Guercio es un esperanzador guiño al trabajo comprometido con la comunidad. Conocemos su historia, la construida hasta el momento y la que está por ser.            

Recorrer las callecitas de El Bermejo nos invita a detenernos en lugares diversos e históricos, lugares referenciados por la comunidad como es el caso de El Tambo Guercio. Por sus años de trabajo y calidad, calidez y compromiso con la alimentación sana, natural y sin aditamentos.

Ubicado en calle Mathus hoyos 4641, El Tambo Guercio abraza una historia familiar vinculada a la vida tambera iniciada por el año 1924. Así lo relata Leonardo Guercio: “En el año ’70 nos trasladamos acá con mi papá ­–Máximo Guercio- , antes estuvimos en la calle Nuestra Señora del Carmen y anterior en la calle Soler de Ciudad. Yo soy la tercera generación que está acá en el tambo”.

“Cuando mi abuelo vino de Italia tenía 5 o 6 vacas e iba por la calle Corrientes vendiendo la leche, ordeñaba las vacas en la calle. Después se fue modernizando, se establecieron en la calle Soler, en el ’45 progresaron mucho – llegaron a tener entre 40 a 50 vacas en la zona- y de ahí empezaron a trabajar a más escala con máquinas automáticas y de esa zona nos vinimos al Bermejo y de ahí estamos acá”, recuerda Leonardo Guercio.

El Bermejo de aquellos años era muy diferente al actual según relata Leandro: “Yo me  acuerdo que el vecindario eran 4 ó 5 contratistas de viña y no había mucha gente en la zona; se fue poblando con el tiempo pero antes era todo campo”.

Años de auge y resistencia a los embates a una tarea laboriosa y sacrificada. “En 7 u 8 cuadras había 3 tambos: el Santa Rosa, el Quebracho y el nuestro; (…) Hace 40 años atrás había 50 tambos en Mendoza; fueron cerrando por diferentes motivos, no hubo apoyo de nadie para los tamberos y por todos los problemas de los que el tambo es esclavo se tuvieron que dedicar a otra cosa, vendieron los terrenos para barrios y no siguieron con el tambo”, narra Don Guercio y asegura: “En Mendoza se producía tanta leche como en la Pampa Húmeda. Empezó a venir la leche de Córdoba y de Buenos Aires a menor precio del que se producía en Mendoza y ese fue otro factor por el cual tuvieron que cerrar los tambos”.

“Hemos pasado muchas, como teníamos un tambo en Córdoba íbamos regulando las ventas: cuando nos faltaba leche allá llevábamos vacas a Córdoba y cuando nos faltó acá traíamos del otro tambo, tratando de subsistir. En estos momentos se está vendiendo un poco más de leche al público y pienso que vamos a seguir trabajando”.

El Tambo Guercio, una empresa familiar que apuesta por mejorar la calidad de sus productos y hacerlos a la comunidad de manera accesible. “Queremos inaugurar un pasteurizador que hemos traído nuevo, que es chico pero va a cumplir la función para sacar una leche de mayor calidad. Seguimos trabajando, vendiendo directamente del tambo al público”, expresa Don Guercio y destaca: “La leche que vendemos es 100% leche que  se debe consumir antes de los 3 o 4 días porque no tiene agregado conservador, es una leche natural y es  muy buena para la salud a diferencia de otras leches que duran más tiempo pero que no son buenas para la salud”.

Una buena oportunidad para apoyar a una de las empresas familiares históricas de nuestro lugar. Calidad y variedad de productos a muy buenos precios ofrece el Tambo Guercio, todos los días de 8 a 13 hs y de 16 a 19hs, domingos y feriados de 8 a 13hs. Lácteos, fiambres y “leche natural, recién ordeñada y con todas las características que tiene que tener un alimento de primera calidad”.