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DE TIMBREOS Y OTRAS YERBAS…

Rin Raje, recargado

Todas las gestiones de gobierno, sin importar el modelo de Estado que representan, hacen un seguimiento del humor social del pueblo, en relación a las medidas que están tomando. Según lo que les marca la calle, se supone que van “recalculando” con el objetivo de llegar al próximo acto electoral, con chances de seguir en el gobierno.

La actual gestión, desde sus comienzos, implemento para tal fin “los timbreos”, una práctica en la que los funcionarios salen a diferentes barrios, tocan timbre en casas y charlan con les vecines. De este modo les vecines comentan su parecer sobre lo que hacen o lo que deberían hacer, agradecen o reclaman. Parece que así funcionaria. Cada tanto en las redes vemos algún video de alguien muy contento con la gestión o de alguien muy enojado.

 

La voz de “la gente”

De esos timbreos la gestión va reconociendo el “sentir” de su pueblo. Así los ministros toman nota y luego declaran en los medios amigos:

–  “la gente nos pide que se terminen los planes”

– “la gente no quiere mas las jubilaciones de amas de casa o moratoria”

– “la gente dice que le dieron pensión a quién no las necesitaba, sáquenselas por favor”

– “la gente no quiere a los vendedores ambulantes porque ellos no pagan impuestos    como los comerciantes de verdad”

– “la gente compra cerveza o gaseosa con la asignación universal”

-“ya no soporta los cortes de calle o los reclamos de las personas que sufren, les piden que encuentren otra manera, porque no es justo con los que trabajamos, dice la gente”

-“Y también pide que no haya mas corrupción, porque se sabe que cuando hay corrupción a un país le va mal y muy mal a su gente”.

Todo esto y mucho más se dice en los timbreos…bueno, a decir verdad, todo, todo lo que se dice no lo sabemos, pero eso nos cuentan, al menos, los medios de comunicación.

Porque hasta ahora no hemos escuchado que les vecines, reclamen en los timbreos que paguen mas impuestos los que mas tienen, o que se anulen los tarifazos, o que las empresas blanqueen a sus empleados, que las mineras cuiden el medio ambiente, que los jueces ya que ganan muy bien paguen sus impuestos como cualquier trabajador o trabajadora, que no se utilice la justicia para perseguir a los opositores de turno. En fin, ni los aumentos de precios, ni la falta de trabajo, ni la inseguridad, etc, etc, etc. Nada de esto pareciera preocupar a les vecines timbreades.

Y si esto le preocupa a alguien y pide por ello, nadie lo estaría contando.

En el mismo barro… “todos manoseaos”

Lamentablemente, si analizamos las encuestas de todo tipo, de las diferentes fuerzas políticas y sus correspondientes orientaciones ideológicas es posible darnos cuenta que una buena parte de la ciudadanía hoy pide que se recorten los derechos de sus semejantes. Por triste que parezca, esto es cierto.

¿Ahora bien, porque la ciudadanía pide eso? ¿Y porque es escuchada solamente la parte de la sociedad que pide esto? ¿Son mayoría? ¿Son los que coinciden con lo que los funcionarios actuales quieren?

¿Por qué las personas quieren que sus vecines no tengan pensión? ¿Por qué desconfían de los problemas de salud de sus semejantes?  ¿Por qué alguien quisiera que sus pares en edad no tengan jubilación, sino pudieron jubilarse?

¿Por qué alguien que está sufriendo, por falta de trabajo, o por haber perdido una pensión, o un subsidio en el pago de los servicios, no puede ni siquiera juntarse con otros a reclamar? Para decirle al que manda: ¡estoy sufriendo!  ¡tengo bronca! ¡tengo hambre!

Podríamos seguir preguntándonos ¿por qué los “algo” pobres están en contra de los pobres y estos últimos en contra de los “super pobres”? ¿Por qué? ¡¿Quién hizo que esto sea posible!?

Al parecer se trata de un fenómeno mundial: hoy en Brasil muchas mujeres, personas de la comunidad LGTBI y afrodescendientes han votado por un candidato que los odia.

Complejidades si las hay, difícil de analizar… o no. Igual que aquí vemos desarrollarse esta guerra declarada desde una parte del pueblo hacia otros de sus miembros.

 

Es la información, ¡estúpide!

Hoy, el dominio de la información, es la clave para el manejo de la opinión pública, es decir, los medios mienten, agrandan, inventan y la gente de tanto escuchar repite. Por esta simpleza reciben una enormidad de dinero llamada “pauta”, que en forma abrumadoramente mayoritaria va a parar a las radios o canales de t.v. que tienen más alcance. O sea, al final siempre llega a los más grandes, a los más gordos…en fin parece que contamos… la historia de la humanidad!.

Cuánta es la plata que el Estado da a estos medios amigos, no lo sabemos, porque forma parte de las cosas que no se preguntan en los timbreos. Sí sabemos quién es el creador de los timbreos: Jaime Durán Barba. Este es un señor que “colabora” con esta gestión, no decimos que trabaja porque según sus propias palabras no cobra un solo centavo por manejar la imagen pública del gobierno de Cambiemos. Recién ahora que el gobierno está de capa caída, porque estamos atravesando una tormenta – que más bien es un incendio auto provocado – se está conociendo, muy de a poco, que habría un ejercito de informáticos, pagados por todos nosotros, que se  encargan de promover noticias falsas y engendrar el odio vía redes informáticas. Esto, sin embargo, tampoco es motivo de inquietud del vecindario… a estas alturas va quedando claro a qué Vecindad  nos parecemos.

 

Rotos contra Descocidos

 

La revolución de la alegría no llega y mas bien estamos meta odiarnos nomás. Y no encontramos mejor adversario que la barriada en la que vivimos, o la de enfrente, o la de al lado, sin darnos cuenta que la historia de ese barrio es mas o menos la misma que la nuestra, o la de nuestros padres y abueles. Y así nos inventamos enemigos, dolidos contra adoloridos, sufrientes contra padecientes.

Alguna vez vamos a tener que aprender a tratarnos bien y escucharnos. ¡Cómo no vamos a escucharnos si estamos tan cerca unos de otros! Porque los que están lejos, pero bien lejos, son los otros.

 

De repente los muchachos del gobierno se bajan de los Mercedes Benz y deciden que es momento de charlar con Pocha, la vecina de la vuelta, la pobre pocha que los votó pero hace tres años vive cascoteada, así entre reclamos y mates, destila sus prejuicios, que son convenientemente anotados por los asesores de prensa y comunicación.

Esos mismos prejuicios, poco a poco se transforman en sentido común, luego inoculado en la misma población que necesita creer que esta gente vino a salvarnos a todos.

Bueno, a todos no, porque finalmente la Pocha y el Cacho quieren que algunes no estén mas, que no existan, para que a los muchachos del Mercedes les pueda ir bien, porque si a ellos les va bien, seguro a nosotres también.

Y así la rueda sigue dando vueltas con nosotres adentro, mareades, desunidos y revueltas.

Desde La Mosquitera creemos que, si el mundo está dividido en dos, los pobres, los superpobres y los algo pobres estamos todes del mismo lado. Y más nos vale interpelar a los de arriba, y no al de al lado.

Porque, como en la vida, cuando nuestra casa se incendie, siempre estará el vecino para darnos una mano y cuando haya tormenta… adivine… ¿quién le ofrecerá su casa como refugio?