GOLPEADOR

No sé por qué te pegué ayer, hoy no, quedate tranquila amor, hoy no. Es que ayer… mirá, viste. Ese laburo de mierda. El tipo me tiene entre ojos, me tiene podrido Carmen, me odia. No te das una idea lo que tengo que aguantar. ¿Me entendés Carmen? Estaban todos en la oficina, yo en mi escritorio, me encaró mal. Es el jefe, sí, pero igual, ¿por qué ese odio? Me tiró una montaña de papeles que se desparramaron sobre la mesa, y a los gritos ché, a los gritos empezó: pelotudo, inútil, inservible, cagón… ¿cagón yo?, todos me miraban y yo con la cabeza gacha, de cerca me llegaban las risas de Carlos y Andrea. No sé por qué no lo cagué a trompadas a ese viejo, tenía que haberlo reventado. Disculpame por ayer mi vida, vení, dame un beso. Yo te cuento todo para que me entiendas, ayer fue un día terrible, pero ves hoy, hoy no. Te amo Carmen. Dejá que te mire la cabeza, vení más cerca, no es nada, ya está cicatrizando ves. Querés que me ponga de rodillas, me pongo, querés que me arrastre por vos, me arrastro. Amame Carmen, te necesito, dejá esas valijas, te ayudo a sacar todo y a ordenar. ¿Y ese moretón en la pierna? ¿Cuándo? Dejame que te lo bese, ¿cómo te hice eso mi vida? No llorés, vení acá, ponete cerquita mío, dejá que te abrace. Sos lo único que tengo Carmen, para mi no hay nada más en el mundo que vos. Cuando ayer me fui al laburo, salí llorando de casa, las lágrimas me corrían por la cara. No sabés en el colectivo, todos mirándome. Siempre me miran Carmen, parezco un idiota, ¿por qué se ríen de mi Carmen? ¿por qué me odian?, en la oficina, en la calle, en todos lados me odian. No te vayas Carmen, te necesito, no puedo estar lejos de vos. Sí, el Rodrigo, crees que no sé que es mi hijo también, pero él es chico, no entiende. Tampoco me vuelvo loco tantas veces. Vos viste a Rodrigo, cuando armas tanto lío él ya sabe, después de los gritos, de los llantos…, Rodrigo me espera porque sabe que traigo helado. No sé por qué gritas tanto Carmen, eso sí me enfurece. ¿Te duele la cabeza?, pero no sangra…, que bueno. No soporto ver cuando sangrás, es como si yo sangrara. Tu dolor es mi dolor Carmen. Ya está, ya colgué toda la ropa, mirá como quedó arreglada, ¿querés que haga unos mates? ¿sin azúcar no? Hoy estuve con Ana, me encontré en la verdulería, no pongás esa cara. Sí, con Ana, de qué tenés miedo, vení, quedate acá en la mesa, no te parés, sentate te digo, así que le anduviste contando no sé que boludeces, que te pego, que te encerré en el baño, ¡no entendés que te quiero mierda!, ¡tanto te cuesta entender!, no corrás, vení, ah, no te gusta que te agarre del pelo ¿no?, entonces quedate quieta, dejá de patear, dejá de joderme la vida Carmen, no llorés, no sangrés Carmen, ¡Carmen, hoy no quería pegarte! Yo te quiero Carmen, te necesito Carmen.