LA MOSQUITERA N° 175, REVISTA DE OCTUBRE

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EDITORIAL

Mientras escribimos esta editorial, Jair Messias Bolsonaro, se niega todavía a reconocer la derrota (apretada, es cierto) que sufrió en las urnas. Su silencio ha desencadenado la acción de sus seguidores más ultras. Los camioneros, han cortado las rutas de Brasil, llevando adelante un paro, frente a la victoria de Lula.

Lula centró su discurso para la segunda vuelta, trabajando sobre el eje de la que verdadera dicotomía en Brasil era entre Democracia y Antidemocracia. Y creemos que esa lectura es cierta. Hoy en América Latina nuestras jóvenes democracias, están en riesgo. Nunca como antes en nuestra historia reciente, los medios fomentaron expresiones de odio y pulsiones de anulación del otro. La clase política ingreso en una espiral creciente de violencia verbal hacia los contarios políticos. El libreto de los asesores políticos mediáticos los manda a demonizar cualquier iniciativa u opinión del “adversario” político. El poder judicial, lejos de ser un actor independiente e imparcial, un custodio del respeto a la constitución (que es una de sus funciones fundamentales), toma partido, y siempre del mismo lado. Cae en niveles
históricos de perdida de confianza por parte de la población. Nunca como antes, se creyó tan poco, en la Justicia como institución.

Lejos de remover sus estructuras y aggiornarse a los nuevos tiempos, continúan reforzando su sumisión al poder político partidario de turno. En este contexto, en el que se está perdiendo confianza en la Democracia como forma de
entender la convivencia social, han aparecido nuevamente, los fantasmas. El huevo de la serpiente, aquel que no creímos volver a ver aparecer. Hoy discursos que anulan al otrx, son transmitidos en cadena por los medios
hegemónicos, y nosotros parecemos inermes frente a esta ola de odio convenientemente insuflado.


Si tengo que ser sincero, no sé si como sociedad, tenemos los anticuerpos suficientes para aguantar el embate, pero desde La Mosquitera, ya tomamos partido y apostamos fervientemente a qué sí. Que podemos empatizar con quién nos dice algo que tal vez no queremos escuchar, que detrás de otra persona se esconde seguramente un niñx, un viejx, un montón de sueños.

Que nunca, desde el fondo de la historia, nunca, pero nunca de los nuncas, nadie se salvo solx. Este es nuestro pequeño grito a favor de la unión común, del esfuerzo compartido. No será transmitido en prime time, pero se lo entregamos a usted, vecinx, como una ofrenda. Vamos Juntxs!!