LO ESCUCHÉ EN LA TELE: “LA MARCHA DE NI UNA MENOS GENERÓ MÁS VIOLENCIA”

Por: Analía Millán

Por estos días de incertidumbre y dolor por la muerte de mujeres en mano en varones, es difícil encontrar paz. La sociedad toda está conmovida, sacudida, despabilada ante los hechos que en setiembre hicieron que decenas de miles de mendocinos y mendocinas salieran en las calles a pedir justicia, a pedir acciones de protecciones, a gritar que “vivas nos queremos”. Pero el panorama gris ha dado algunas lecciones colectivas: hoy está bien claro que la violencia machista mata, que el Estado actúa o es cómplice; y también que las responsabilidades del machismo y de la apropiación de las mujeres, como si fueran objetos de posesión, tienen un fuerte origen cultural en los medios de comunicación masiva.tinelli

En la televisión de aire mendocina tenemos dos canales de aire de alcance regional, con sus repetidoras, y por señal digital también, a través de la “mediáticamente desprestigiada TDA”. Estos dos canales se reparten de manera bastante equitativa la
audiencia, reproduciendo
mucha de la programación de TELEFE, AMÉRICA y el TRECE de Buenos Aires. Es decir, salvo los noticieros y algún que otro magazine, la programación es enlatada. Bien, de lo porteño aquí llegan: Tinelli, las novelas (extranjeras y argentinas), la Su y Mirtha (cada una con sus históricos programas), y los programas de chimentos que ofician de publicidad para el listado antes mencionado.

En todos los contenidos citados arriba, las mujeres tienen roles estereotipados: mujer-objeto sexual (linda, flaca, heterosexual, siempre arreglada y glamorosa, competitiva y leguleya), mujer-esclava de amor (mismos atributos pero más sufriente, porque suele no ser exitosa, sino que resiste la violencia de algún macho que la tiene encerrada), mujer-madre (buena, se desvive por sus hijos y marido, nunca dice que no, es obediente, cocina, plancha y en las noches reza). Y en menor medida está la mujer-política, ridiculizada por los medios, como fanática, loca, sentimental y sin juicio, cuando no como sedienta de poder.

Pero canal 7 y canal 9 de nuestra provincia no se alejan en el tratamiento hacia las mujeres y hacia las problemáticas de género. El día de la marcha dieron muestra gratis de cómo reproducen los modelos violentos y machistas, sin preguntar ni cuestionar, sin problematizar ni llamar a las cosas por su nombre. Hicieron un eufemismo lavado y desabrido de lo sucedido esa tarde noche en la Legislatura mendocina, donde terminó la Marcha, y empezaron los discursos espontáneos de quien quisiera expresarse.

Martín Albarracín y Luchi Copia son dos docentes que pueden hablar en primera persona porque estuvieron ahí adelante, en las puertas de la Legislatura, donde se desencadenaron los conflictos, llamados por el periodista Fernando Hidalgo “hechos de violencia planificados por organizaciones feministas”. Ellos, como decenas más, pueden dar fe de los hechos que no contaron los medios masivos, ésos tan objetivos (leerse con ironía)…

“El día miércoles 28 de setiembre, miles de mendocinxs marchamos por las calles del centro expresando angustia, bronca, dolor, por lo ocurrido a Janet Zapata, Julieta González y Ayelén Arroyo y a miles de mujeres desde hace años. En lo que va del año ya son doce los femicidios en la provincia.

La marcha desembocó en “La Casa de las Leyes”, término utilizado por los periodistas de los medios hegemónicos. En las escaleras de la Legislatura había un micrófono abierto donde mucha gente pudo expresar su opinión, entre ellas, familiares y amigxs de las mujeres asesinadas. A un costado se encontraba la vicegobernadora de la provincia, a la cual se le pidió todo el tiempo que tomara el micrófono, se pedía saber las decisiones que tomaría el gobierno ante la situación que vivimos.

Entre la gente  que se expresó apareció el papá de María José Coni, quien manifestó como muchxs que la señora Laura Montero lo había ayudado personalmente. Hecho que irritaba y molestaba a la gente que estaba en la legislatura, no era un acto para hacer campaña, era prácticamente una tomada de pelo, el Estado queriendo mostrar interés y compromiso cuando hacía dos días los mismos dejan libre al femicida de Ayelén Arroyo. Para ese momento la gente quería escuchar la respuesta de la vicegobernadora, por lo cual cada vez que hablaba se le pedía que le pasara el micrófono a la señora. Ante esta situación este señor empezó a gritar: ¡Cállense! ¿Te podés callar? ¡Soy el papá de María José Coni! ¡No sean tan estúpidos! Esto generó más bronca, más indignación, más dolor, más violencia. Alguien reaccionó salpicándolo con agua, y fue justamente la gota que rebalsó el vaso, fue la excusa perfecta que necesitaban los representantes institucionales para retirarse, darle la espalda a la gente y cerrar la puerta de “La Casa de las Leyes”. Las personas ahí congregadas trataron de impedir que se les cerrara la puerta en la cara, donde una vez más el Estado y sus representantes se convierten en cómplices de los delitos y crímenes que sufrimos como sociedad. Todxs sabemos que somos responsables por acción u omisión.

Los medios hegemónicos hablaron de “los violentos” como un grupo minoritario, pero nadie dice que la gente ahí congregada, que llenaba la explanada y la calle Patricias Mendocinas, aplaudía y apoyaba las decisiones que tomaron quienes estaban adelante; hubo un aplauso masivo ante la escritura con aerosol en la puerta de la legislatura que decía: “ESTADO CÓMPLICE”.

Luego de las manifestaciones de indignación, bronca, angustia y dolor de la gente, el Estado reprimió con la policía, que no apareció por fuera; los gases lacrimógenos salieron desde adentro de la Legislatura. Se reprimió a lxs familiares, a las organizaciones sociales, a quienes todos los días laburan en los barrios, en su lugar de trabajo, con su familia, tratando de transformar esta sociedad misógina, machista, heteropatriarcal; ese Estado no es el que queremos, no queremos un Estado con representantes que generan, con sus decisiones, más violencia frente a una pintada que los interpela.”

Entonces las preguntas surgen… ¿de qué violencia habla un periodista frente a un micrófono cuando dice “la marcha de ni una menos generó más violencia”? Frente a un Estado que mira tímidamente (cuando no, colabora en la construcción del machismo), ¿las mujeres debemos esperar con paciencia a que se tomen medidas? Parece que nos siguen queriendo calladitas, sonriendo y no desafiando el status quo. A ustedes, parte del poder político, a ustedes, parte del poder mediático, promotores de la violencia simbólica del patriarcado, a ustedes les decimos que han despertado al verdadero poder, el poder popular que hoy dice ¡Basta!