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REDES (SOCIALES) QUE TE PESCAN: FACEBOOK EN PROBLEMAS

Por Analía Millán

Facebook, nombrado en estas latitudes con la apócope “feis”, ha sido la primera masiva red social en entrar en la vida de las y los argentinos. Claramente ha sido (y para algunas generaciones, lo sigue siendo) una herramienta de socialización, de reencuentro, de expresión y de ventana al mundo de otros, y desde la cual otros, acceden al mundo de uno. Es una red, como tal, necesita de muchos nudos que estén vinculados entre sí.

Con el tiempo, se advirtió la potencia de las redes sociales para vender productos y servicios… y también candidatos políticos, formas de pensar. Y proponiendo un perverso juego de aparente libertad y a su vez, seguridad de que tus datos, tus fotos, tus conversaciones, publicaciones, amigos virtuales, etc. estaban protegidos.

Desde 2005 en EEUU, y desde 2008 con  fuerza en nuestro país, Facebook fue ganando espacios en la vida cotidiana. Primero en la compu, luego en los teléfonos inteligentes. Hoy las redes sociales virtuales son prácticamente lo que más tiempo lleva en la vida diaria de las juventudes. Todo esto la empresa lo sabía, lo estudió y lo fue ratificando: Facebook era una vida virtual en la que se podían mostrar, decir y vincularse mediado por una pantalla, un teclado y una cámara.

La cantidad de información personal que muchos usuarios y usuarias suben y comparten, con amigos o de manera pública, es quizás significativamente más y más detallada, que la información que puede saber nuestra propia familia de nosotros mismos. De allí se evalúan perfiles de usuarios, perfiles de futuros clientes… perfiles de futuros votantes.

Ahora vamos al mundo real. Hace unas semanas un escándalo mundial se generó porque se supo que la información (supuestamente garantizada y resguardada por Facebook) fue utilizada por una empresa especialista en Marketing Político para influenciar el voto de más de 80 millones de personas. La primera noticia que se dio a conocer fue que Donal Trump (el Mister President de los Estados Unidos) fue quien contrató a esta empresa (Cambridge Analítica) para aprovechar esa información que Facebook debería haber cuidado.

Los Diarios The New York Times y The Observer dieron a conocer el escándalo, destapando a penas la olla de un delito moderno, la violación de datos personales en la virtualidad. Cambridge Analytica es una firma experta en Política, y fue la que llevó a la presidencia a Trump en 2016. La metodología fue mediante una app (aplicación) de predicción de personalidad y recogió datos de los amigos de los usuarios.

Ojo al piojo… La información que subimos podemos suponerla sin mucho sentido político… el problema es que la información útil no es la que expresamente uno publica, sino las vinculaciones que se hacen de nuestros recorridos, de a qué le ponemos “me gusta”, qué comentamos, qué estilo de vida llevamos… entonces arman con esos datos una campaña al dedillo del votante. De allí que los partidos políticos se especialicen cada vez más en redes sociales, por la fuerte influencia que provoca en la sociedad.

Facebook es una de las empresas de comunicación más grandes del mundo, y estos hechos la están poniendo es riego, seriamente. Desde lo económico (sus acciones en la Bolsa de Wall Strett vienen en picada libre) pero también y sobre todo, porque pierden legitimidad frente a los ojos del mundo. Esto se dio a conocer en EEUU. Pero se está investigando si ha sucedido en otras regiones… probablemente en países de América Latina, también. Entonces las cifras de perfiles cuyos datos han sido violados, podrían ascender de manera exorbitante. Facebook tiene actualmente 2000 millones de perfiles… claramente una cabecita curiosa se puede imaginar la potencia de la información que circula mediante esos perfiles, a cada instante.

Y una vez más invitamos a pensar las tecnologías como instrumentos poderosos que nos abren puertas fascinantes, pero que también implican riesgos… cada Estado debe garantizar el derecho a cada ciudadana y ciudadano, a que su información confidencial y personal sea respetada y protegida. Y no utilizada para fines encubiertos. Ahora sabés un poquito más de la actividad que coloniza gran parte de nuestro tiempo.