Entrevista a Paola González, madre de una sobreviviente del Próvolo, y parte del Colectivo de Restitución de Derechos a Sobrevivientes del Próvolo. Paola nos da su testimonio respecto a la venta de la infraestructura del Instituto Próvolo, mundialmente conocido por delitos de integridad sexual a niños y niñas.
Este edificio se encuentra en el Departamento de Luján de Cuyo, y justamente es el estado municipal el que habría comprado este terreno para darle uso público y descomprimir el centro cívico municipal.
“Es el Estado y la Iglesia, que ocultan toda la barbarie que se vivió ahí adentro. Ahora será vendido y se borran todas las pruebas. Han declarado 29 personas, pero faltan más de 200, incluida mi hija. Esperamos algún día recibir justicia…”. Estas palabras quedan suspendidas ya que al darle otra utilidad al espacio físico que fue escenario de violaciones, ultrajes, abusos, torutras, violencia, es muy probable que pierda fuerza de prueba.
Esta madre cuenta con gran pesar que el dolor de las víctimas y de sus familias los ha ido enfermando, que ya no dan más.
“¿No les parece suficiente lo que ya hemos vivido, como para que sigamos recibiendo un palo tras otro? Ayer entró un padre, y estaban de festejo (en el ex Instituto Próvolo), con música… qué festejaban, en ese lugar no puede haber festejo alguno, si ha sido un lugar de tortura. Él (refiriéndose al Intendente de Luján de Cuyo, Omar De Marchi) dice que no podemos vivir en el pasado; dice eso porque no le tocó… imaginate cómo hacer para olvidar toda esa atrocidad vivida. Jamás se acordó de las víctimas del Próvolo, jamás tuvo una palabra, menos una acción, y ahora festeja que se apropió del ‘Castillo del horror’. Que sea justamente el estado, y la justicia mire para otro lado”.
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