2016: COSTOS = LABURANTES

Por Luisa Alvarez

 

… En mi país que tristeza la pobreza…

Dice mi padre que un solo traidor puede con mil

Valientes, que él siente que el pueblo en su inmenso dolor

se niega a beber en la fuente clara del honor…

Alfredo Zitarrosa

Terminado el 2016,  inevitablemente hacemos el nunca bien ponderado, balance, que lo hago, que no, pero la cosa es que uno se pone y piensa, a ver si el año le vino mejor o le vino peor. Y a los laburantes ¿Cómo les fue? ¿Tuvieron mejoras, se echaron compañeros, se tomaron compañeros nuevos?  ¿Se lograron buenos acuerdos paritarios? ¿Se mejoraron las condiciones de trabajadores? ¿Hay más trabajadores transparentados o hay más escondidos?

Muchos sostienen, entre ellos nosotros, que los laburantes son los que movemos el mundo, toda acción humana esta hecha por los trabajadores, sea lo que sea. Somos  la materia prima del mundo. Si esto es así, deberíamos ser entonces el termómetro con que se mide cómo le está yendo al mundo, más o menos ¿no? O al país, en este caso.

Los dos grandes sectores son el público y el privado. Lo público, o la administración pública, tienen que ver directamente con el sostenimiento de las políticas públicas que se implementan, que se llevan a cabo. Si el sector es priorizado, y la política de estado es jerarquizada, se contratan trabajadores, se mejoran sus condiciones, y se aumenta el presupuesto. Si no es así, se recorta, se echa trabajadores, se dice que son ñoquis o que pasan horas y horas sin hacer nada de nada. Tampoco hay ni siquiera ganas de poner jefes que valgan la pena.

Se puede dar muchos argumentos para ello, pero finalmente tiene que ver con que no se quiere otorgar presupuesto a ese sector porque no se lo considera importante, se lo quiere achicar. Esto puede ocurrir en todos los niveles del estado: nacional, provincial y municipal, como ocurrió durante este año 2016.

Si viramos hacia el panorama privado, vemos que desde la industria metalúrgica hasta la turística, pasando por los comercios, han sido sacudidos por el plan económico, se dijo que éste fue impulsado para lograr que la lluvia de inversiones llegara y así lográramos mayor y mejor trabajo. No se dio.

Los laburantes de la industria automotriz, el sector de servicios, el sector metalúrgico, el sector electrónico o de electrodomésticos, el rubro de los zapatos o textil, el vitivinícola, la construcción, han sido despedidos y suspendidos  durante el año 2016, las diversas producciones regionales destruidas.

También durante el año 2016, se firmó un acuerdo entre empresarios y el presidente para no despedir trabajadores, acuerdo que no fue respetado y encima se vetó la ley antidespidos.

La Confederación General de Trabajo, que nuclea muchos de los sindicatos de diferentes rubros, han sido complacientes con estos despidos, con las suspensiones, con los escasos aumentos de salarios, con el ninguneo al trabajador/ra. Amenazaban diciendo que harían un paro, paro a la una, paro a las dos y nada, se arrepentían. A los trabajadores, también les pasó por encima la CGT, la burocracia sindical. La pena grande es no saber quién era “la patronal”, no ser tenidos en cuenta por nadie.

Y los laburantes informales, que son muchos y hacen lo que nadie quiere hacer, la tarea más ardua, la más pesada, la de menor valía, que trabajan “para la diaria”, esos prácticamente no existen. Nadie nunca ha generado una política seria y focalizada hacia los millones de laburantes que están en estas condiciones precarias. Nadie los representa.

Había dicho el presidente, “Vamos a Generar Trabajo de Calidad”, “Pobreza Cero”,

“Bajaremos la inflación” y después de un año de este anuncio: No sabemos a dónde vamos, no sabemos qué se estará generando, y del trabajo, y la calidad, y la pobreza, y la inflación… bien gracias!!