A GUSTAVO ICKOVIC, CANTAREMOS POR VOS

-Me tengo que ir- y avanzó por la Mathus, el Flaco salió para el oeste, de
El Bermejo hacia el Cacique Guaymallén, se le veía la espalda repleta de
colores, lentejuelas que brillaban. -¡Esperá Gustavo, llegaron pinturas nuevas,
vinieron unos colores del carajo-. -Me tengo que ir- repitió dando pasos y más
pasos con las patas largas.
El Flaco siempre andaba de acá para allá. Del Barrio San Martín a los
Galpones de Catalinas por Buenos Aires, de la Vereda Alta al Teatro Mendoza
o al Independencia. -Vení para acá, si les murgueres nunca se van, vení, dejate
de joder-. No había forma. El Gustavo, murguero desde que nació, ojo,
después estudió para ingeniero, lo que pasa es que no sabía, lo tenía en la
venas, le recorría la alegría por todo el cuerpo, era murguero sin saberlo,
sangre de murguero, sonrisa de murguero, Araca la Cana le plantó los
conciertos y salió la chispa para tanta combustión interna, contenida. -Vení acá
Ingeniero, vení, no jodas más- pero insistía -es que me tengo que ir-.
La oreja del Flaco andaba por todos lados, quien quisiera o necesitara,
ahí va el Gustavo con el abrazo, a escuchar penas o alegrías, porque es así, el
insistía con mirar para adelante, con el optimismo hecho puño, el Flaco
empujaba, te empujaba, para qué deprimirse si llega un toque.
-Vení Gustavo, mirá que traje, que pinta vamos a tener en el escenario,
quedate-.
El Gustavo te hacía un asado como te levantaba un bulto de ochenta
kilos, changarín y cantor, bailarín con esmero, empujar, siempre empujar, con
la Ana de la mano, al lado, siempre juntos. De la obra y el ladrillo al escenario
con tablas o cemento, qué más da, si la idea del murguero es estar vestido de
alegrías, con las penas en la mochila, aunque duelan, como mago, hay que
cambiarlas con música y canto, transformarlas en verdades con sonrisas que
duelen.
-Quién va a hacer de Gotita o del General Roca, dejate de joder vení-. -Es que
me tengo que ir-.
-Y ahora, los martes y jueves, qué hacemos los martes y jueves, en cada
ensayo, en los toques que vienen-.
Cantaremos por vos.