ACHICAMIENTO DEL MERCADO + TARIFAZO = REPRESIÓN

Espacio de las fábricas y empresas recuperadas

Por Fernando Alvarez

Tiran por la espalda

Raúl Godoy es un obrero de Fasinpat (Fabrica sin patrón), ese es el nombre, por más que el diario La Nación la siga llamando fabrica Zanón. Es una de las recuperadas más emblemáticas del país, así como  una de las pocas que consiguió el apoyo popular y logró así la sanción de ley que le permitía tomar en propiedad el lugar donde trabajaban, no gratuitamente por cierto, sino a través de un préstamo que ya devolvieron al Estado.

Raúl Godoy sigue siendo obrero de Fasinpat y además es diputado provincial por Neuquén. Y decidió acompañar a los obreros de la maderera MAM, el  gvb8 de diciembre pasado cuando reclamaban por no ser echados, o por lo menos recibir una indemnización como corresponde según la ley laboral “aún” vigente. Lo cierto es que ese día la policía comenzó a disparar por la espalda a los obreros que reclamaban, entre los heridos estuvo Raúl Godoy, que recibió un disparo en el talón que le produjo fractura expuesta de peroné. Al tratarse de una persona con responsabilidades políticas la noticia tuvo repercusión en algunos – muy pocos – medios no oficialistas.

El dicho y el hecho

En su embate contra el circuito industrial del que forman parte las empresas recuperadas, y pequeñas y medianas empresas en general y que incluye, políticas para desincentivar el consumo interno y un atroz aumento tarifario, se suma ahora la escalada represiva que parece recién comenzar.

A pesar de estas acciones el gobierno no pierde oportunidad  de declamar a favor de “liberar las fuerzas productivas del país” (tal como en algún momento lo hicieron Martínez de Hoz y su mejor alumno Domingo Cavallo), mientras tanto apuesta firme al endeudamiento externo y la especulación financiera.

Es cierto que hay un sector empresario que está siendo beneficiado,  y es el de las grandes empresas, vía pauta oficial y eliminación de impuestos, así como aperturas de blanqueos. Pero aquellas empresas que no tienen espaldas para blanquear, ni pueden presionar al gobierno con títulos catástrofes, o  enviar ahorros a paraísos fiscales, o ganar suculentas licitaciones- los grupos económicos más beneficiados con la obra pública desde la asunción de Macri han sido  las empresas del grupo IECSA Macri – Caputo y Shell Aranguren- , esas empresas, están condenadas al ahogamiento progresivo que impone la baja en las ventas y el aumento de tarifas.

El discurso de moda

El discurso imperante dice que: si tu negocio no anda, es porque no lo estás gestionando bien, porque si sos emprendedor y actuás de forma sinérgica con el entorno que te rodea, y concentras la energía en lo verdaderamente importante, no te puede ir mal. En resumidas cuentas esto quiere decir que si te va mal, no te has esforzado lo suficiente. Más allá de las coyunturas o el contexto socio económico. Lamentablemente corren buenos tiempos para estos discursos que nos individualizan y nos ponen en el lugar de únicos motores y responsables de nuestros logros y fracasos.

Esa es la gran victoria de estos días, la instalación del discurso empresario, siempre motivador, que nos alienta a remar todos juntos en este barco, porque la única forma de sacarlo adelante es si remamos todos juntos, pero eso sí, si reventamos contra un iceberg debemos saber que los sistemas de emergencias, funcionan al revés de lo que debería ser, primero se salva el empresario, es decir:  el capitán, que ya está salvado porque en nuestra tradición a las empresas empobrecidas las manejan empresarios millonarios; después se salvan los bancos, que son los primeros en cobrar y por último están los que se tienen que hundir que siempre son los obreros, que ya vienen medio ahogados por todos los meses que llevan atrasados.

El término empresario viene del latín prehendere que quiere decir atrapar, aferrar algo, en este caso nuestros empresarios parecían querer aferrarse a los métodos tradicionales, de ajuste, de fomentar la competitividad y en todo caso abandonar el barco bien munido antes de la tormenta. Esa es la lógica que vinieron a romper las empresas recuperadas, que aún hoy en estas circunstancias siguen creciendo en número, y que frente a la nueva coyuntura se ven condenadas a crear nuevas formas de autogestión y solidaridad en el trabajo. Sostener la fuente laboral es la razón por la que existieron, y no van a abandonar esa bandera, por más tiros que suenen a sus espaldas.