A partir del típico silbido que anuncia que “El Afilador” pasa por nuestra calle, nos acercamos para dialogar un rato con él. Se llama Federico y así nos contó que lleva 13 años en sus recorridos por las calles.
En su voz: “… tenemos una cartera de clientes, tenemos las zonas ya distribuidas por día, los horarios, está todo organizadito…” Sobre cómo se inició, nos dijo: “por mi viejo: esto se pasa de generación en generación, es como los oficios viejos: el zapatero, el cerrajero… si no lo toma la que viene se pierde el oficio, por eso es que quedamos pocos, hay muchos hijos de afiladores que prefieren hacer otra cosa porque es un trabajo sacrificado, si se trabaja se come y si no se trabaja no se come, es así de simple…”
Trabaja de lunes a lunes, buscando clientes en el camino y también visitando a quienes ya han pactado sus servicios. Visita Luján, Maipú, Godoy Cruz, Guaymallén, Rodeo, entre otros.