El abogado laboralista Alexis Barraza abordó sobre el fenómeno de las Aseguradoras de Riesgo del trabajo, conocidas por su sigla ART. En la columna radial “Derechos de la gente”, el abogado recorrió la historia de estas empresas en nuestro país y su accionar poco controlado.
La letra impresa en la ley originaria de las ART dice que son sus objetivos prevenir los accidentes de trabajo; en caso de que ocurre, dar las prestaciones médicas necesarias, pagar las indemizaciones que correspondan y recalificar y colocar nuevamente al trabajador o trabajadora en el sistema de trabajo.
Hasta aquí todo bien. Pero ahora, al incoporarse en el caso Argentino a sociedades anónimas con fines de lucro en la administración de las mismas… estos derechos pasaron a ser el gran negocio para los empresarios. En este sentido Barraza expresó que hay una contradicción entre los prestadores del sistema y los objetivos del mismo.
Alexis Barrazas comenzó a descentrañar este tema haciendo mención al acuerdo marco firmado en el año 1994 que dio origen a las ART. En este sentido dijo: “Un acuerdo marco entre empresarios, la CGT y el Gobierno de Menem para producir una serie de transformaciones legales en la Argentina que dieron lugar no solo a la ART sino también a las AFJP, junto con la ley 24557, ley 24241, la ley 24645 que es de régimen laboral especial para las Pymes, y otro tipo de modificaciones que transformaron todo el espectro jurídico del derecho del trabajo y la seguridad social en la Argentina”.
El abogado expresó que el modelo de las ART es una copia del modelo desarrollado en Chile durante la época de la dictadura de Pinochet con asociaciones añadiendo un agravante en el caso argentino, las características que lo definen como un “gran negocio financiero”. “La ley de Pinochet establecía asociaciones de empresarios sin fines de lucro a los efectos de generar medidas de seguridad e higiene para evitar acciodentes y en caso de que hubiere accidente, indemnizarlo adecuado a las necesidades de los empresarios. En la Argentina, se hizo un negocio financiero”.
A diferencia del modelo pinochetista, en la Argentina, las ART están comandadas por sociedades anónimas con fines de lucro. “Había una recaudación anual de alrededor de los 18 mil millones de pesos – que ahora actualizado debe estar cerca de los 150 mil millones de pesos por año- que es una suma de dinero muy grande que se pone a jugar en la bolsa y genera réditos grandísimos para la ART”, expresó Barraza.
En este engranaje, también es necesario analizar el rol del Estado y la estrutura de las ART para entender todo el entuerto en el que muchos trabajadores y trabajadoras quedan entrampades.
Según explicó Barraza, las ART brindan cuatro prestaciones: la prevención; las prestaciones médicas en los términos planteados por la Organización Mundial de la Salud; prestaciones indemnizatorias; y recalificación profesional. “Este punto es rescatable de la ley porque está vigente, pero nadie lo exige, y se puede exigir por medidas cautelares incluso”. Donde la recalificación profesional no significa “un cambio de funciones” y este aspecto aclaró Barraza: “Por ejemplo en el caso de los docentes, la ART les da el alta – sin que el trabajador o trabajadora haya recuperado su salud- y la Dirección General de Escuelas hace oídos sordos y la recibe en el sistema y la manda a una institución que se llama cambio de funciones, y la docente termina denigrada en una función administrativa en la que no es últil para el sistema, y además se lo hacen saber, y luego termina con depresión y otras cuestiones… Sin embargo, si se aplica bien la ley, se la tiene que recapacitar a la docente para otro tipo de actividades, como bilbiotecaria o clases de apoyo, y volver con la voluntar y la dignidad intacta”.
En esta línea de análisis, el abogado expresó que los órganos de control del Estado no están funcionando, y permiten a la vez que se produzca el gran negocio de las ART al no desembolsar dinero en indemnizaciones pero sí recaudar mediante las prestaciones.
Sobre el derecho de todo trabajador o trabajadora, Barraza expresó: “los caminos por ahí son distintos según la contratación que cada uno tenga, que estén en negro o estén en blanco… pero todos los trabajadores tienen derecho a una protección contra los accidentes laborales, digo esto porque casi el 50% de las personas que están trabajando hoy en día en Argentina, se encuentra en una situación de informalidad…, lamentablemente la informalidad se convirtió en el principio, y la formalidad en la excepción, pero esto no quita derechos a los trabajadores sino que impone más responsabilidad a los patrones…”
Barraza subrayó: “… la principal responsabilidad que tienen tanto la ART como el empleador, es generar prevención, es decir que la relación laboral se realice en condiciones de higiene y seguridad que traten de evitar la enfermedad o el accidente de trabajo… “
En cuanto a los derechos de las y los trabajadores, una vez que se produce el accidente o la enfermedad, dijo: “… hay 4 derechos básicos que tiene el trabajador…: primero que nada a la curación…; segundo cuando ya la salud ha llegado a nivel de recuperación “x” donde ya no se puede seguir avanzando y evolucionando, entonces se determina un porcentaje de discapacidad que puede ser temporal o permanente…; y después el pago de indemnización por el daño sufrido; y tal vez el último… y para mí el más importante porque tiene que ver con la vida del trabajador, es algo que se denomina la recalificación profesional, ¿Qué quiere decir? Bueno, he quedado incapacitado para hacer las tareas que hacía antes del accidente o de la enfermedad, entonces tengo derecho a que la ART …me recapacite y me incorpore a un puesto de trabajo acorde a mis nuevas capacidades…”
Si como trabajador o trabajadora has estado o te encontrás en alguna situación lidiando con la ART, comentanos tu experiencia, mandá tu mensaje al whatsapp de la radio La Mosquitera, FM 88.1 radio comunitaria +54 9 2617 46-5759, o en las redes sociales de La Mosquitera.