(Foto: Nicolás Ríos)
Después del contundente triunfo del pueblo chileno con el plebiscito para reformular la Constitución Nacional, desde Feroz América entrevistamos a Nelson Belmar para que nos cuente más de cerca cómo fue el proceso y cómo sigue.
Nelson arranca contándonos que “además de la alternativa por el apruebo o el rechazo a una nueva Constitución Nacional los y las chilenas tenían la opción de elegir cómo querían que se construyera esa nueva constitución. Sí tiene que ser de de manera mixta, es decir, mitad elegido por los ciudadanos y ciudadanas y la otra mitad elegida por el parlamento o la otra opción y que resultó ganadora era el 100% elegido por todo el pueblo, es decir una Convención constituyente 100% elegida por el pueblo”.
Con respecto a cómo sigue, Nelson Belmar plantea “que hay mucha desinformación de cómo sigue el proceso. Hay que tener en cuenta que esto ha sido parte de un proceso, no es que de la noche a la mañana la dirigencia dijo “tendríamos que hacer una nueva constitución.” Esto fue una salida que armó el gobierno con la oposición parlamentaria para tratar de contener la sublevación que se está dando en el país, desde octubre del año pasado pero cuenta con antecedentes como la revolución de los pingüinos”
Continúa explicando Nelson, “el contundente y arrasador triunfo por una nueva constitución es la expresión de la separación del pueblo con la elite política. Y es el pueblo el que genera toda una situación de sublevación que hace que el gobierno en conjunto con la oposición parlamentaria tuvieran que hacer algo por que la gente pedía por Asamblea Constituyente”.
“Esta convención constituyente que ganó es una convención que tiene sus límites y que ahora por la presión del pueblo en las calles ha tenido que abrir las puertas para que la mitad sean mujeres y la otra mitad sean varones. Señalar que es la primera vez que el pueblo de Chile puede participar de eventos como estos. El pueblo en las calles obligó a esa élite opositora que negoció con Piñera la paridad de género y también lo obligó al cupo de los pueblos originarios y al cupo de los independientes. No fue por la generosidad política, sino que fueron arrancados por la presión popular”.
Con respecto a cómo sigue el proceso constituyente Nelson nos cuenta que “El 11 de abril se hacen las elecciones para los constituyentes, el 11 de enero es el último plazo para inscribir candidatos para la constituyente. Y el pueblo tiene que ir a esa constituyente compitiendo con los partidos políticos. Para esa elección funcionara el actual sistema de elección. Esto quiere decir que los partidos políticos tienen ventajas o trampas a favor de la elite política. Otra de las trampas es que las cosas en esta convención constituyente tienen que ser definida por 2/3, es decir que una minoría de ¼ puede vetar cualquier cosa”.
Por otro lado, continúa Nelson Belmar “En esta convención no se puede discutir ni revisar los convenios internacionales de libre comercio que tiene Chile. Y que tiene que ver fundamentalmente con el extractivismo en todo el territorio nacional, en la cordillera o en el mar”.
Ante la pregunta de qué tipo de constitución va a salir, Nelson nos explica que “Piñera decía que el triunfo no fue el del apruebo sino de todos y todas las chilenas. Y dice que fue una manera de resolver las cosas pero sin violencia. A mí me gustaría recordarle a la audiencia de La Mosquitera que desde el año pasado, desde que inició el 18 de octubre hay 35 muertos, hay más de 400 lesiones oculares, porque carabineros disparaban a la cara, hay miles y miles de jóvenes presos sin juicio. Yo quería mencionar estos elementos no para aguar el triunfo sino para estar alertas porque lo que se viene es complejo y es difícil. Porque lo que tratan es de que esta nueva constitución legitime un estado neoliberal en Chile, este capitalismo depredador y salvaje que tiene a la mayoría del pueblo chileno y los pueblos originarios oprimidos y viviendo en condiciones indignas”
Y para finalizar Nelson Belmar planteó que “hay que estar muy despiertos, muy alertas. Acá lo evidente es el divorcio entre la élite política y el pueblo. Ese pueblo está generando nueva representación política por eso ellos lo han apurado para que los luchadores y las luchadoras no tengan tiempo para levantar un problema de pueblo que pueda generar una nueva carta magna en el país. Esta constitución nueva tiene que responder al programa que levantó el pueblo en las calles, salud, educación, jubilaciones dignas, que el agua sea un bien común, cosas elementales. Si esa constitución no representa lo que motivó esa gran explosión seguramente la política y la movilización popular seguirá hasta lograr lo que se reclama en las calles”.
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