Finales de Octubre del 2019 será recordado por ser el punto de inflexión, el germen y la detonación de un Estado chileno constituido con los pilares de la dictadura, que a pesar de la vuelta a la democracia, defiende a ultranza el modelo neoliberal que resguarda los derechos de los privados y que hace que la gente aspire a cosas que no puede tener. Sin embargo, después de esta ola de movilizaciones sociales, donde todos los sectores han llegado al hartazgo, seguramente no habrá una vuelta al estado anterior.
Conversamos desde El Arranque con Ayelén Parés Castillo y Camila, ambas parte del Circulo Social de Terapeutas, y de la Defensoría Feminista de Valparaiso.
Las compañeras comentan que fueron los y las estudiantes quienes manifestaron socialmente el hartazgo de un pueblo reprimido históricamente, que saquea brutalmente los bienes comunes.
“El estallido, el encuentro social, la lucha en las calles, es algo nuevo. Este es el entramado social que se vivía antes de la dictadura“, dice Ayelén. Sin embargo, comenta Camila que esto “se viene impulsando desde hace mucho tiempo. Más que un descontento es un hartazgo”.
Asimismo las compañeras indican que cada 6 o 7 años hay actividad social en Chile (recuerdan las grandes movilizaciones de estudiantes en el 2006 y el 2011), sin embargo, el estallido de ahora es transversal a todos los sectores: estudiantes secundarios, trabajadores públicos, de la salud, portuarios, empresas de transporte y muchos más.
Repasando el discurso y las respuestas desde la institucionalidad, Camila asevera que éste ha ido variando: “la primera declaración de Piñera fue muy fuerte diciendo “estamos en guerra”, respuesta incluso poco hábil, fue de choque, al punto de que el general que hizo los movimientos en Santiago, se desmarca de esa declaración. En las demás declaraciones, ha tratado de generar gestos políticos, dando medidas parches para bajar la intensidad del conflicto. Pero es tanto el nivel de descontento que se ha generalizado, que ya no basta con eso. Si estos anuncios los hubiese hecho hace un mes atrás, la cosa sería bien distinta ahora. Pero se cayeron tantas estructuras, e ideas que tenían las personas de cómo funciona este país, que no hay vuelta atrás. Se corrió la barrera del sentido común, y volver al estado anterior, es muy difícil“.
Las protestas aparentemente seguirán hasta que no explosione este sistema perverso; a pesar del aparato represivo del estado, que mata, saquea, desaparece y viola, los chilenos y chilenas siguen en pie de lucha, encontrándose multitudinariamente en marchas y cacerolazos, a lo largo de todas sus regiones, para que algo cambie. Frente al cerco mediático que sistemáticamente invisibiliza, te seguiremos informando desde La Mosquitera.
Te dejamos las voces de las compañeras de Valparaiso acá: