Una nueva columna de la Biblioteca Popular La Mosquitera nos acerca a la experiencia de las bibliotecas y los programas educativos en contexto de encierro. Espacios de libertad gracias a los libros y la literatura.
Valeria Valente, bibliotecaria de la Unidad 3 de El Borbollón e integrante de la Biblioteca Popular La Mosquitera, compartió su experiencia dentro de los programas educativos en contexto de encierro. “Las cárceles, donde abundan tanto las rejas, las mujeres tienen la posibilidad de estudiar y de participar en la biblioteca que es un espacio super pequeñito pero completamente enriquecido por las palabras de las mujeres y muy defendido por ellas, por la representación simbólica que tiene dentro de ese lugar y por lo que les permite poder decir. En este espacio descubren las palabras, los textos y la necesidad de transmitirlo a sus familias, a sus hijos e hijas que son lo más importante para ellas, teniendo en cuenta que las cárceles desvinculan y donde la literatura se presenta como un puente entre el adentro y el afuera”.
Valeria destacó: “En el espacio de la biblioteca ellas tienen la posibilidad de decir lo que sienten y lo que les pasa, de sentirse ellas mismas, que no necesitan fingir ser otra persona; y lo mismo pasa en el espacio de la escuela. Son dos lugares que les permite sentir que no están en la cárcel”.
Debido a este contexto pandémico las mujeres del Borbollón no pueden acceder a la Biblioteca ni recibir visita de sus familiares ” Están pasando un momento muy difícil pero espero que les estén llegando algunos libritos porque ellas los utilizan muy bien, les leen los libros a sus hijos a través del teléfono”, reflexionó Valeria y compartió el poema “Palabras” de Silvia Schujer que destaca la palabra como la forma de sobrellevar el encierro y generar vínculos. Un puente infinito.