La mala información que los medios aportan diariamente acerca del Covid-19 hace que la enfermedad avance aún más, ya que la mayoría de las personas debe viajar de un lugar a otro antes de obtener un diagnóstico certero.
Patricia Muñoz es una docente que ha vivido en primera persona el virus de SARS COVID-2, quien además ha permanecido internada en el hospital El Carmen de la provincia de Mendoza. En su relato nos comenta que agradece la atención recibida pero desde su punto de vista hay cosas que se podrían manejar de otra manera para evitar que crezcan los casos, como el hecho de que hagan viajar a las personas de un lugar a otro mientras se tiene síntomas o que se informe de una forma clara y concisa a qué número se debe marcar para pedir auxilio si algún síntoma empeora.
Los casos de Covid-19 han aumentado notoriamente en los últimos días marcando así una segunda ola de contagios y cada vez son más las personas internadas en los hospitales que necesitan de una camilla o hasta de un respirador, en este sentido Patricia nos dice “son interminables las colas si vos te querés hacer atender, el día de mi internación me dirijo a la parte de Covid-19 y observo una cantidad de gente en los costados, en camillas, en sillas de rueda o sillas comunes porque no hay otro lugar ,además uno ve en la tele que hay un sesenta por ciento de camas desocupadas y cuando llegas al hospital la realidad es otra”.
Retomando la falta de lugar en la internación, se puede decir que la cuestión que prima en este sentido tiene que ver con la economía ya que los números de camillas, respiradores u otros elementos de internación son pocos y no alcanzan para atender a la gran demanda de personas que ingresa a internación a diario y tristemente lo notamos una vez que atravesamos esta situación. Esto nos muestra que los números en cuanto a elementos de internación que manejan algunos medios no coinciden con las horas o días que una persona debe esperar para ser internada.
Con respecto a la experiencia vivida, a modo de reflexión Patricia nos comenta que “nuestros alumnos tienen una vida social distinta a la que tiene un adulto y es algo que no se puede controlar pero si hablamos de auto cuidado claramente todo está muy relajado y es muy difícil que la gente tome conciencia cuando no les toca vivirlo, es triste pero es así” además agrega que ”por otro lado priorizar los afectos con la familia y dejar un poco de lado tanto trabajo ya que cuando se está solo por el aislamiento la fortaleza se saca del cariño de las personas que te rodean”.