por Fernando Alvarez
Verdades de Perogrullo
Queremos arrancar esta columna expresando nuestra más completa solidaridad con la profesora Paola Vignoni expulsada de su trabajo como docente, e inhabilitada durante un año para dar clases, por pensar distinto y expresarlo en voz alta. Si no reaccionamos como docentes y como sociedad frente a esta persecución en Democracia, puede que vuelvan a meternos el elefante en el bazar.
Parece una verdad de perogrullo, algo que todos saben, pero cada tanto se nos olvida que la Democracia lejos de ser un sistema firme que llegó para instalarse de una vez y para siempre, es una construcción permanente que solo puede funcionar si cada día participamos más en los asuntos que son comunes a todos.
No lo digo yo, lo verán en cualquier libro que explique qué es la Democracia. Por eso cuando alguien dice: “yo no me meto en política”, o alguna de sus variantes, como “no te metás”, “son todos iguales”, “esté quien esté, nosotros tenemos que seguir laburando”, etc. Lo que está expresando en realidad de forma inconsciente es un pensamiento claramente antidemocrático.
Democracia Interior
Porque antes de ser un sistema de manejo del poder de forma comunitaria, la Democracia tiene que ser una convicción personal. La de poner por delante el interés común, antes que el interés particular. Es decir que si la mayoría debate y decide algo con lo que no estamos de acuerdo, nosotros debemos apoyarlo a fondo aunque no nos guste. Y es muy difícil bancarse eso, sobre todo para nosotros, semidioses de la modernidad que vivimos en la ilusión capitalista de creer que nos hemos construido a nosotros mismos en soledad y podemos hacer casi todo lo que nos propongamos, sin que nadie tenga que venir a decirnos nada.
Permítanme desvariar un rato y creer que caminamos hacia la utopía de una Democracia ideal, es decir vivir de forma digna en armonía con el medio ambiente, como iguales que confían entre sí y por lo tanto no necesitan de líderes mesiánicos. Mientras vamos hacía allá, hemos conseguido esta Democracia renga que tenemos hoy, que es mucho mejor que los feudalismos y tiranías del pasado, pero que está lejos de ser un sistema justo y verdaderamente representativo. Es ni más ni menos, que el sistema de gobierno que estamos dispuestos a bancarnos hoy por hoy, un poco más a la derecha, pero no tan a la izquierda.
Los Cómplices
Este sistema es una maquinaria moderna creada en Europa occidental que fue pensada por una clase social acomodada que estaba cansada de que la monarquía se metiera en sus negocios. Tiene un ala más progre que es el congreso, allí – en teoría – está representada toda la población, y un ala más gorila, que es el poder judicial. Estos últimos son los responsables en última instancia, de que nunca en la historia de nuestro país haya caído preso un político o un empresario corrupto, o un proxeneta. Ellos son también quienes siempre avalaron que las deudas de los empresarios las paguemos todos nosotros, legalizaron el poder militar, y son responsables también de que en las cárceles no haya un solo millonario ladrón y sí muchísimos morochos pobres. Tienen cajoneada la sentencia contra el ítem aula, porque de ninguna manera puede ser legal un decreto que va en contra de la constitución nacional y provincial, y así continúa la lista.
Nadie los conoce bien, porque nadie los ha votado tampoco, llegaron a sus puestos a través de un sistema burocrático del que el pueblo se encuentra totalmente ajeno. Y son, sin ninguna duda, el principal apoyo con el que cuenta el gobierno actual.
Hoy le pondremos nombre a dos de ellos: Ricardo Fraga y Paula Hualde, estos jueces han ordenado hace pocos días, reprimir y desalojar dos empresas recuperadas que habían recibido la sanción de ley de expropiación por parte del congreso provincial y nacional. Los obreros levantan una empresa vaciada, la ponen a producir, crean centros culturales en ellas, incorporan a más obreros. Cuando logran cancelar las deudas de los ex dueños, pelean por la ley de expropiación, después de años de debates en las cámaras y de resistir intentos de desalojos, logran la ley. Macri y Vidal declaran esas leyes nulas – las vetan – y acto seguido estos jueces mandan a desalojar.
La Sangre Derramada
Mientras tanto, mi carnicero me mira mal porque le compro solo un par de bifes. Escucha en alguna radio comunitaria que están persiguiendo a una docente y piensa “por algo será” Separa cada vez más grasa para aumentar la molida, porque la competencia se está volviendo feroz. Y el cuchillo se desafila con rapidez y cada vez le cuesta más cortar la dura realidad de esta Democracia renga que hemos sabido conseguir.