El sindicato FADIUNC, gremio de base de CONADU Histórica en la provincia, convocó a un paro de 48 horas para los días miércoles 11 y jueves 12 de junio, en el marco de un profundo deterioro salarial que afecta a la docencia universitaria y preuniversitaria. La medida fue ratificada tras un plenario nacional de secretarías generales.
En diálogo con La Mosquitera, Emiliano Díez, secretario general de FADIUNC, denunció que el sector ha perdido más del 100% de poder adquisitivo respecto a la inflación acumulada, y que la situación salarial ha llegado a un punto crítico: “Estamos frente a un ajuste brutal. La docencia está siendo expulsada del sistema universitario”, advirtió.
Un conflicto con múltiples aristas
A nivel local, una de las principales preocupaciones es la situación del DAMSU (Dirección de Asistencia Médico Social Universitaria), cuya reconfiguración en el cálculo de aportes ha generado un fuerte impacto en los haberes docentes. “Están obligando a la docencia a pagar para ir a trabajar, literalmente. Muchos compañeros evalúan dejar sus cargos porque simplemente no pueden sostenerse”, explicó Díez.
La crítica también apuntó directamente a la gestión de la rectora Esther Sánchez, a quien el gremio acusa de restringir el derecho a huelga y de implementar medidas unilaterales que perjudican a los trabajadores. “La Universidad Nacional de Cuyo es la única en el país que descuenta el salario a quienes hacen huelga”, señaló.
El paro como exigencia política
El reclamo principal es la urgente recomposición salarial. Desde hace siete meses no se convocan paritarias, y los aumentos otorgados han sido ínfimos y por decreto. “Nos dieron 1%, 1,2%, y el último fue directamente 0%. Es una política deliberada de abandono”, denunció el dirigente.
El sindicato reclama una paritaria nacional sin techo, que permita recuperar el salario perdido y sostener el funcionamiento de las universidades públicas. “Sin salarios dignos no hay universidad de calidad”, afirmó Díez.
Acciones y unidad
Durante los días de paro, FADIUNC realizará actividades de visibilización, especialmente frente al rectorado. Además, se prepara una movilización para la semana del 23 de junio, en unidad con sectores de jubilados y trabajadores estatales. “La única salida es colectiva. Hay que unir las luchas, porque ningún sector va a poder salir solo de esta crisis”, concluyó.
Contexto nacional
A nivel nacional, el escenario no es menos preocupante. Desde febrero, los salarios docentes están congelados y el gobierno nacional ha decidido retirarse de la paritaria federal, dejando a cada provincia la definición del salario docente.
En Mendoza, la propuesta salarial para el segundo semestre contempla aumentos del 1,2% mensual, aplicados sobre ítems mínimos del recibo de sueldo, una suba que los gremios consideran irrisoria. Mientras tanto, el salario mínimo vital y móvil establecido por el gobierno nacional asciende a $315.400, monto que apenas cubre la canasta básica alimentaria.
Una resistencia que no cede
La entrevista se desarrolló en un tono de profunda preocupación pero también de resistencia activa. El relato de las y los trabajadores universitarios se entrecruza con el impacto generalizado de las políticas de ajuste, que no solo afectan al sector educativo sino también a la salud, la cultura, y a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Desde los aumentos del transporte público hasta el recorte de programas culturales, el desfinanciamiento se extiende en múltiples frentes. Sin embargo, quienes toman la palabra insisten: “Esto no se va a detener. La lucha sindical sigue. Y aunque tengamos adelante un monstruo grande que pisa fuerte, tarde o temprano le vamos a meter la zancadilla”.