Hola vecino, hola vecina, este mes volvemos al ruedo como cada mes, no sin esfuerzo y con ganas de decir y escribir lo que muchos, muchísimos no nos dicen.
Para empezar del clima primaveral brotaron también brutalidad y machismo extremo, y así en Mendoza de un solo zarpazo se mató a cuatro mujeres en un mes. Como quien castañea los dedos, las muertes siguen multiplicándose, así de fácil parece ser matar a las mujeres en Mendoza. Se mutiló la vida de muchos, padres, hijos, hermanos, amigos, vidas que ya nunca volverán a ser las mismas. Salimos a la calles mendocinas con la indignación, la rabia, la impotencia de ya no saber a quién se interpela, a quién se cuestiona, ¿quién está haciendo todo tan mal? Mucho no se hace, el poder de los poderes, el judicial por supuesto, tiene en sus manos instrumentos serios con capacidad para hacer la diferencia, como por ejemplo hacer cumplir la ley 26485. Pero parece ser que no sería de su interés el género femenino, ni la ley. Habrá que seguir ejercitando los derechos, como lo hicieron 70000 compañeras en el Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Rosario. Ambas movilizaciones fueron víctimas de los medios de manipulación que analizaron los hechos políticos con una pobreza digna de tirarse al suelo a llorar, mostrando unos mínimos disturbios en lugar de la enorme convocatoria. Tremendo.
Finalizando setiembre muy poco periodismo y las redes sociales nos informan que dos jóvenes pertenecientes al Colectivo de la Revista Garganta Poderosa, que visibilizan las voces de la comunidad de la Villa 21 en Buenos Aires, denunciaron haber sido torturados. Sí, así como lo lee, torturados por fuerzas de seguridad argentinas, esas mismas que usted y nosotros pagamos. Sí, esas mismas que tienen la función de cuidarnos de la inseguridad y que más de uno las quiere rondando cada esquina. Los chicos tenían 15 y 18 años, eran morochos y fueron increpados por su ropa, se dudaba que las hubiesen comprado en buena ley. Fueron golpeados, amenazados con armas reglamentarias, apuntados y obligados a rezar, a decir donde querían el tiro que los mataría. Tiraban tiros al aire. Fueron descalzados, vejados. Si fuese su hijo la víctima de este atropello, ¿usted qué diría? ¿Qué haría? Piénselo. Desde La Mosquitera nos solidarizamos con los compañeros de la Garganta Poderosa y REPUDIAMOS el accionar de la fuerza de seguridad y la tibieza de las máximas autoridades del Ministerio de Seguridad de la Nación, quienes no han estado, creemos, acompañando como es debido, semejante aberración.
Si seguimos recorriendo la línea de tiempo, llegamos al 2 de octubre y nos encontramos con el sorpresón que nos dio la República de Colombia, votando NO al Acuerdo de Paz que se había establecido entre el Gobierno de Colombia y la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Sólo votó el 37% de la población. En los lugares donde la guerra diezmó y maltrató a su pueblo querían la paz, pero no fue suficiente la participación. ¿Qué pasó? ¿Qué faltó? ¿El pueblo colombiano conocía bien lo que se jugaba en este plebiscito? ¿Lo compartía? ¿Si? ¿No? ¿Qué papel habrán jugado los medios de comunicación? ¿Por qué el 63% de la población no fue a votar, le dio lo mismo que gane el no o el si?. Todos estos interrogantes debe trabajarlos el pueblo colombiano, dar debates y analizar profundamente. El gobierno deberá escuchar a los colombianos de a pie. Desde la Mosquitera lamentamos a la distancia que el NO A LA PAZ y la indiferencia hayan sido la repuesta de un pueblo, parece incomprensible, pero seguramente hay argumentos a tener en cuenta para tanta desidia.
Como verán las noticias no son buenas, pero es nuestro compromiso compartir lo que pasa y nuestro pensar, mientras tanto la vida sigue y nosotros en ella. Lo invitamos siempre a participar.