Vecinos, se acerca el final de año nomás y las novedades son “fuertes” en todos los planos, y de punta a punta del continente, sin duda a la realidad le cabe la palabra cambio, como diría nuestra queridísima negra Sosa: Cambia Todo Cambia.
Para cuando esta revista llegue a sus manos, mucho se habrá dicho sobre los muy recientes resultados de las elecciones en Norteamérica. Ganó el candidato menos ¿pensado? Según nuestros comunicadores aquí en Mendoza, EEUU ostentaría el título de la mayor democracia del mundo, dicen ellos desde las pantallas de TV. Este título es para referirse a la más vieja de las democracias. Su práctica no es muy democrática ya que el voto no es obligatorio, razón por la que votan muy pocos ciudadanos/as, con lo cual unos pocos definen y deciden el destino de muchísimos, simplemente porque no les da la gana participar. El flamante presidente es rico, es empresario, es blanco en un país signado por el racismo, es anti-latino en un país que tiene una cuantiosa población latina y de habla hispana. Ganó honestamente, es decir, cantando y gritando lo que pensaba, no engañó a nadie. El pueblo de Estados Unidos lo escuchó hablar sobre las minorías, sobre las mujeres, sobre el armamentismo, sobre los hispanoamericanos, y sobre la necesidad de CAMBIO que necesitaba su país. Había que re-fundar el país, decía. Analizar esta decisión popular llevará mucho tiempo, el pronóstico para toda Hispanoamérica y Brasil, si tenemos una mirada optimista, es de mucha incertidumbre y si es realista, el pronóstico es malo, señal de esto son los dichos de Malcorra, quien claramente por voluntad del presidente de Argentina, apoyó a la candidata que perdió. Por lo tanto esperar el cimbronazo parece ser la consigna de toda nuestra Patria Grande.
Si nos ubicamos bien al sur de este continente, llegamos a la Argentina y aquí, nuestra provincia, este desierto que tenemos, en estos momentos está sediento de democracia participativa. Acaba de ser propuesto por el gobernador, para formar parte de la Corte Suprema de Justicia, el doctor Valerio; debían refrendarlo o no, los legisladores mendocinos, aquellos que usted y yo votamos en las elecciones para que nos representen, para que reflejen nuestros intereses. El trabajo de los legisladores es ese. Representarnos. Para eso deben escucharnos, preguntarnos, consultarnos, para poder hacer bien su trabajo, en forma honesta y concienzuda.
En Mendoza lideramos las estadísticas de femicidios del país, por eso hubo movilizaciones multitudinarias por el casco céntrico. Ese tomar las calles quería decir que algo queremos que hagan, aquellos que votamos. Quería decir que no damos más. Que así ya no es posible seguir. Entre algunas de las cosas que se pueden hacer era, por ejemplo, proponer y nombrar “al” o a “la” mejor de todos, para integrar la Corte Suprema. Esa persona debía ser suprema. Excelente. Querida. Ética. Coherente (correspondencia entre lo que se dice y se hace). No es el caso, por él hablan sus fallos.
Para dar una muestra del interés y la preocupación por el tema, la vicegobernadora pidió que fuese una mujer con perspectiva de género, la elegida. Pronto, demasiado pronto, cambió de idea. Lástima grande, porque esa idea era muy buena, hubiera sido aplaudida y valorada. Si el gobernador la hubiese apoyado y no contradicho, hubiera honrado sus palabras de asunción cuando se ufanaba de ser el primer gobernador que elegía a una fémina como su vice. Hubiera sido todo un símbolo. No fue así.
Veintiocho fueron los legisladores que votaron a favor de la decisión del gobernador (o a favor de Valerio, si quiere ponerlo en esos términos), once en contra.. Si no le gustó cómo se construyó toda esta realidad, si marchó por las calles de Mendoza en busca de Justicia y con el dolor a cuestas, no olvide sus nombres, ni los partidos que representan. Tenga memoria para cuando le toque ir a las urnas nuevamente. Desde La Mosquitera honramos la Memoria y la Justica. Así sea!!