Frente a la amenaza de desalojo, las familias se organizan para defender sus casas y años de trabajo para levantar su barrio ubicado en el departamento de Luján.
Desde La Diaria, programa editorial de La Mosquitera, una nueva historia se suma al espacio “El Barrio Cuenta”. En esta ocasión, nos comunicamos con Carmen, vecina del Barrio Valle Encantado, ubicado entre calle Besares y la antigua Panamericana, en el departamento de Luján.
Una historia que encuentra su reflejo en muchos de los barrios de nuestra provincia, aquellos que nacen desde la necesidad por un techo propio y se levanta gracias al trabajo y al esfuerzo que vecinas y vecinos realizan desde años.
“Tenemos un problema con un desalojo injusto, porque no nos dieron posibilidad de defensa”, relata Carmen: “Somos personas que vivimos desde hace muchos años aquí – algunos desde hace 42 o 35 años – Hemos construido nuestras casas de a poco, cada uno de acuerdo a su situación. Todos las hemos hecho de material, con buenas terminaciones y de repente nos viene una orden de desalojo sin habernos notificado, por eso estamos en la lucha y en la pelea”.
Carmen comenta que hace dos años, las y los vecinos elaboraron un proyecto de ley de expropiación de las tierras que fue presentado en la Legislatura y se espera que el próximo 14 de marzo sea tratado.
“El día lunes se tuvo una reunión con el intendente (de Luján, Omar De Marchi) y no nos da ninguna solución, dice que va a comprar unos terrenos que va a adquirir, pero no dice dónde, ni cómo, ni nada, entonces no hay proyecto concreto ni definido frente a la situación que estamos viviendo. Igualmente desde la gobernación, que han sido emplazados para que nos den una solución ante el desalojo”.
Según relata Carmen “el barrio era un terreno de una inmobiliaria que estaba en quiebra, que después lo puso a remate, pero ya había gente viviendo ahí; nunca ese terreno estuvo cercado, nunca estuvo resguardado como para decir que hemos tomado los terrenos en forma ilegal, eran barrios que estaban al abandono y la gente, con la necesidad que tuvo en ese momento de tener un casa fueron tomando esos terrenos… hasta que se llenó toda la rivera de la Panamericana. Con el tiempo, la cuarta parte del terreno hacia dentro se fue llenado y ahora está totalmente lleno, incluso está colapsado”.
“El agua la conseguimos a través de cunetas, la luz la conseguimos en su momento a través del municipio que nos dieron permiso para poner medidores comunitarios que abarcan a diez familias por cada medidor, incluso la gente que vive desde hace más tiempo ya tiene cada uno su medidor y cada uno paga el agua y la luz en forma individual”.
Con el tiempo el barrio se fue poblando y con ello, la demanda de servicios, lo cual trajo aparejado el colapso de los mismos. Frente a esto, la comunidad se organizó para solucionar este problema. “Hace un mes y medio atrás hicimos todo el cambio del cableado, invertimos más de un millón y medio de pesos para hacer el cableado total. Edemsa no había emplazado para hiciéramos el cambio del cableado porque si no nos dejaban sin servicio”.
Desde el barrio aseguran: “Nosotros no vamos a salir del barrio, nos vamos a quedar y vamos a seguir la lucha, así tengamos que pelear por 20 años porque no pueden sacarnos de nuestras casas, porque vamos a resistir”, y comunican: “Este sábado vamos a estar presentes con nuestros carteles en la contramarcha del carrusel de la vendimia para dar a conocer nuestro problema, porque mucha gente está conociendo nuestro problema a partir de las marchas que estamos haciendo, y el día 14 de marzo estaremos todo el barrio en la Legislatura para pedir que aprueben el proyecto de ley de expropiación, porque es la última carta que tenemos”.
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