COLUMNA DE LAS MUJERES DEL BORBOLLÓN 17/10/2018: EN LA CÁRCEL YO YA NO ME PERTENEZCO

Lola desde el Penal nos trae una reflexión de cómo es la vida en la cárcel, de cómo cuestan las condiciones materiales, pero también las emocionales, dolores por el sometimiento que ejerce el sistema penitenciario en los cuerpos y rutinas de las mujeres. El sistema penitenciario generó una nueva cárcel que no tiene más que celdas. Esto resuelve el hacinamiento pero profundiza la vulnerabilidad de las personas privadas de libertad.

Permanecen horas encerradas en las celdas, no tienen certezas de a dónde las trasladas, con horas de esperas, dependiendo de las personas encargadas… “hay que hacer un gran esfuerzo para no sentirte sometida, mantener ocupada la mente”.

Las condiciones de las personas privadas de libertad promueven una vida homogénea, igual para todas, sin importar las necesidades y las particularidades de cada persona detenida.