Las poetas y escritoras Claudia Herrera y Paulina García, integrantes de PEN Internacional, presentaron en la Feria del Libro de Mendoza el libro Lenguas Vivas. La palabra en idiomas originarios, una obra que reúne voces de pueblos indígenas de ambos países y promueve la defensa de las lenguas ancestrales.
Las escritoras y poetas Claudia Herrera, integrante del Comité de Idiomas Indígenas del Centro PEN Argentina, y Paulina García, miembro del Comité de Traducción y Derechos Lingüísticos de PEN Chile, compartieron la presentación de Lenguas Vivas. La palabra en idiomas originarios, una antología que celebra la palabra como herramienta de resistencia y revitalización cultural.
El libro —editado en conjunto por ambos centros nacionales de PEN Internacional— reúne obras poéticas escritas en idiomas indígenas de Argentina y Chile, con la participación de representantes de pueblos como el mapuche, quechua, huarpe, huichí, shelknam y rapanui, entre otros.
“Los pueblos originarios no tenemos fronteras. Siempre hemos estado unidos, y este libro refleja esa unión entre territorios que comparten historia, idioma y cosmovisión”, señaló García durante la presentación en la Feria del Libro, realizada en la sala Ernesto Suárez.
“La palabra como resistencia”
Herrera, autora huarpe y referente en la revitalización del idioma milcayac, destacó que el proyecto forma parte del trabajo internacional que impulsa PEN para la protección y difusión de las lenguas en peligro.
“Durante siglos se prohibió hablar nuestros idiomas, incluso se cortaban las lenguas para impedir la transmisión. Pero las lenguas no mueren, solo duermen. Hoy están despertando en toda América”, explicó.
La escritora recordó que Naciones Unidas declaró en 2019 el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, y desde 2022 rige el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas. “Esto es resultado de la insistencia de mujeres y hombres indígenas en todo el mundo. Cada idioma que vuelve a hablarse es una forma de resistencia y de vida”, afirmó.
El volumen argentino de Lenguas Vivas reúne textos de David Chuleke, Marcelo Quispe, Karina Carriqueo, Daniel Huircapán, Lecno Zamora y la propia Herrera, mientras que la edición chilena incluye a Keyuk Yantén (pueblo selk’nam), María Guañinid (mapuche), Miguel Urrelo (quechua), Adela Blanco (mapuche) y Manuel Atán (rapanui).
Pueblos sin fronteras
Durante la entrevista, ambas autoras coincidieron en la importancia del trabajo conjunto entre comunidades de ambos lados de la cordillera.
“Compartimos territorios y lenguas. El sistema capitalista quiere que seamos individuos, pero nosotros somos comunidad: lo nuestro es el buen vivir, el sumaq kawsay, vivir en equilibrio con la tierra”, expresó García.
La escritora chilena también destacó el rol de la Escuela de Idiomas Indígenas del Ministerio de las Culturas de su país, desde donde se promueven talleres de lengua, cerámica, telar y cocina tradicional. “Todo lo que logramos fue peleando los espacios, tomándolos para mantener vivas nuestras ceremonias y costumbres”, dijo.
Por su parte, Herrera subrayó el crecimiento del reconocimiento de los pueblos originarios en Argentina: “Cuando obtuvimos nuestra personería jurídica decían que había doce pueblos, hoy ya somos más de cuarenta y cuatro naciones preexistentes que se autoidentifican. Tenemos lenguas vivas, culturas vivas”.
Un libro y una causa
Ambas autoras dedicaron la presentación a la memoria de Julia Chuñil, activista asesinada en Chile, cuyo caso fue recordado con dolor durante el encuentro. “Era una voz fuerte por la defensa del territorio. Su muerte nos golpea, pero también nos impulsa a seguir”, expresó García.
El proyecto Lenguas Vivas busca trascender la literatura para transformarse en una acción política y cultural que reivindique la palabra originaria. “La poesía, la narrativa y el ensayo son herramientas de resistencia —afirmó Herrera—. La lengua es la esencia del ser y la memoria de los pueblos”.
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