Dicen los entendidos que con el fracking se pueden extraer recursos minerales del subsuelo, atrapados en rocas de esquisto (esquisto contiene hidrocarburos formados por carbono e hidrógeno en forma sólida) y llevarlos a superficie para su producción comercial.
Hay países que están a favor de esta práctica por lo económico y rentable que suele ser. El negocio de la extracción de hidrocarburos es un ámbito de muy buen rendimiento, sin embargo, algunos recursos se encuentran en zonas o yacimientos que no son rentables económica o técnicamente, por esta razón surge la necesidad de producirlos con tecnologías no convencionales como el fracking.
En la actualidad muchos países han prohibido la utilización de la técnica del fracking, debido a los daños ambientales que esta causa; entre éstos se encuentran: contaminación de acuíferos subterráneos y superficiales, daño a las capas externas de la tierra, altos índices de utilización de agua, gases expulsados a la atmósfera, promoviendo un alto riesgo para la población. Estas son algunas de las razones por las cuales muchas naciones prohíben esta técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales.
Si existe una experiencia negativa en otros países en daños ambientales y demás ¿por qué nuestro país, nuestra provincia y nuestros gobernantes hacen caso omiso o miran para otro lado con estas prácticas?
Sergio Cancio en su columna de Filosofía y Deportes nos invitan a reflexionar y pensar acerca del maravilloso mundo del Fracking. Maravilloso, para nuestros gobernantes.