FUMIGACIONES: UN PASITO PA’ DELANTE Y TRES PARA ATRÁS

Siguen las preocupaciones por las fumigaciones en la provincia de Mendoza. En Tunuyán ayer se aprobó la aplicación de este método ejecutado por ISCAMEN. San Carlos, mediante el Concejo Deliberante, emitió una Resolución prohibiendo las fumigaciones aéreas en ese departamento. En comunicación con Daniel Funes, un vecino del Valle de Uco, El Mañanero Informativo se introduce en el tema porque mañana jueves se daría marcha atrás con esa ordenanza.

La razón por la cual se obtuvo la prohibición es porque no hay documentación suficiente para garantizar que los productos son inocuos: “no hay declaración de impacto ambiental, ni de ISCAMEN ni de SENASA; no hay siquiera un expediente abierto con un informe. Toda la información es confusa. Habían dicho que iban a fumigar con dos productos, luego dicen que se hará con un solo producto. Ante la incertidumbre, los datos erróneos, falsos y contradictorios que ellos mismos han ido dando, Alejandro Molero, mediante los medios de comunicación y en reunión con Concejales y la Dirección de Ambiente de San Carlos, se comprometió a no fumigar. ”

Pero esos dichos fueron verbales, sin ningún respaldo fehaciente por escrito, ni acta que dejara registro de esos dichos. Fue por ello que el Concejo sacó la Ordenanza en el que queda explícita la prohibición de pulverización aérea con agroquímicos.

“A raíz de eso, la Sociedad Rural y el ISCAMEN se han movilizado y han hecho un lobby tremendo para presionar que se levante la ordenanza. Eso será lo que se tratará este jueves. El tema es que el Concejo cuando votó la ordenanza, aclaró que sólo se revería la prohibición cuando ISCAMEN presentara un informe con las garantías necesarias, y que el Poder Ejecutivo evaluara dicho documento”.

El día martes se presentó un escrito que no es un informe de impacto ambiental; es un documento de propaganda de los productos, ni siquiera incluye las actas del supuesto Consejo Asesor de técnicos. Así están presionando a los productores para que, al menos por una única vez, permitan fumigar en noviembre.

“Anoche, nosotros como vecinos, nos juntamos para analizar la documentación que habían presentado. Están violando todas las leyes ambientales y los procedimientos. Por eso este jueves tenemos que sostener que lo que están haciendo es ilegal y es potencialmente un perjuicio para la salud”.

Ese documento fue respuesta a una denuncia de OIKOS. La gente de Mendoza tiene que saber que el Gobierno propone rociar con insecticida a la provincia; y los que es peor, no hay certeza de que el método aéreo, en el que hay mucha plata de por medio, sea efectivo para los productores. “Los productores de abajo, los chicos, no les importan; pero las pretensiones son fumigar a los grandes de arriba, estas bodegas nuevas, que son extranjeros”.

“Nosotros ya hemos logrado algo: se van a cuidar de fumigar sobre las cabezas de la gente. Son dos insecticidas, y son banda verde, pero son productos que están comprendidos en  los residuos peligrosos. Hace poco ha salido un dictamen de la Corte Suprema de la Nación, condenando a prisión a un fumigador y a un productor, que tiraban glifosato, que también es un producto de banda verde”.

La gente les pide a este grupo de vecinos que hagan algo, les mandan videos y fotos donde pasan los aviones, pero esta situación les da mucha impotencia, porque ni siquiera están siendo recibidos en los medios locales, hay un cerco mediático que impide dar información de la gente; hay intereses muy fuertes, y muchas presiones.

“Están tirando veneno y hay estudios que advierten peligrosidades a largo plazo. Y hay estudios técnicos que dicen que este método lejos de prevenir la plaga, lo que va a hacer es generar resistencia en la polilla de la vid. Y van a quedar tantos nichos, tantos lugares sin fumigar, porque el avión no puede pasar, porque está pegado a una casa, a un canal o a una escuela, que harán que la polilla se reproduzca con mayor resistencia a los químicos. El año que viene habrá que echar un productos más peligrosos, o más productos. Cuando se empieza con esto de los agroquímicos, entra en una cadena, que cada vez hay que agregar más y ser más potente, y la gente queda más desprotegida. Si no logramos que la población tome conciencia y haya una presión social, esto se viene para largo y será cada vez más grave”.