Grave situación edilicia en la Escuela de Bellas Artes: denuncian infestación de ratas y falta de respuesta oficial

Estudiantes realizaron una sentada en reclamo por las condiciones del edificio. Desde la dirección reconocen los problemas estructurales y la falta de fondos para obras de infraestructura.

La Escuela de Bellas Artes de Mendoza, una institución emblemática por su aporte artístico y cultural, atraviesa una situación crítica por problemas edilicios y de salubridad. Estudiantes del establecimiento realizaron una sentada como medida de protesta pacífica para visibilizar la presencia de ratas dentro del edificio, incluso en el área donde se extrae agua para consumo, y exigir respuestas al Gobierno provincial.

“Este problema viene desde 2018. Ya se hicieron desratizaciones y desinfecciones, pero no dieron resultado. Hace una semana volvimos a pedir los fondos para una nueva intervención y todavía no llega el presupuesto”, explicó Victoria, integrante del Centro de Estudiantes de la institución.


“Las ratas salen cuando bajamos la bandera”

Según relató la estudiante, los roedores circulan por distintos sectores del edificio, incluyendo patios y zonas comunes.

“Hay una madriguera en la bacha donde sacamos agua para tomar. Es indigno. Durante el acto de la bandera, cuando hay silencio, las ratas salen y caminan por el patio”, contó.

A la falta de higiene se suman otros problemas de larga data: falta de espacio, ausencia de depósito y cierre perimetral incompleto, lo que facilita el ingreso de personas durante la noche. “El edificio nos queda chico. Hay materiales amontonados, cartones, lienzos y maderas que usamos en los talleres, pero sin un lugar adecuado terminan siendo refugio para las ratas”, agregó.

Los estudiantes también denunciaron riesgos para la salud, como la picadura reciente de una araña a una alumna, atribuida a la falta de mantenimiento del techo.


Falta de recursos y respuestas demoradas

Desde la dirección de la escuela, Fabiana Herrera, confirmó que se han realizado los reclamos formales ante la Dirección de Infraestructura Escolar.

“Hay planteos de infraestructura de larga data. Esta mañana vino personal del área y nos dijeron que los fondos están agotados. El plan de obras existe, pero no hay presupuesto para ejecutarlo”, sostuvo la directora.

Herrera señaló que los pedidos se realizan a través del sistema digital IGE, herramienta utilizada por las escuelas para reportar fallas y solicitar asistencia. Sin embargo, los tiempos de respuesta “se han vuelto indefinidos”.


Una escuela histórica, en estado crítico

La Escuela de Bellas Artes, fundada en 1933, es una de las más reconocidas de la provincia por su formación artística y técnica. Por sus aulas pasaron figuras destacadas de la cultura mendocina y nacional. Sin embargo, hoy sufre las consecuencias de años de falta de inversión.

Docentes y estudiantes recordaron que los reclamos no son nuevos y que la escuela necesita ampliaciones urgentes. “La inspectora presentó un plan de obras, pero nunca se concretó. En 2018 se inició la construcción de un portón y se taparon los agujeros porque las rejas nunca llegaron”, detallaron desde el centro estudiantil.


Protesta y compromiso estudiantil

La sentada coincidió con la feria educativa anual, un evento donde los alumnos exhiben sus trabajos y proyectos.

“Nos dio pena suspenderla, pero decidimos mantenerla para mostrar lo que hacemos y aprovechar la visibilidad del reclamo. Queremos que se vea el valor que la escuela aporta a la comunidad y la falta de condiciones en las que estudiamos”, explicó Victoria.

La medida fue acompañada por docentes y autoridades del establecimiento, y contó con el apoyo de otros colegios artísticos. “Es una protesta pacífica, acordada con la dirección. Pedimos condiciones dignas para estudiar”, enfatizó la representante del centro de estudiantes.


Entre la desinversión y la indiferencia

La comunidad educativa coincide en que los problemas de la Escuela de Bellas Artes reflejan una crisis estructural del sistema educativo provincial.
Mientras algunos establecimientos reciben inversión en tecnología o programas piloto, otros padecen falta de agua, filtraciones, plagas y recortes en las horas de taller.

“Hay presupuesto para proyectos de inteligencia artificial o para campañas de control docente, pero no para asegurar condiciones básicas de salubridad”, señalaron desde el entorno docente.

La situación de Bellas Artes expone, una vez más, la distancia entre los anuncios oficiales y la realidad cotidiana de las escuelas públicas. “No pedimos privilegios, pedimos poder estudiar sin convivir con ratas”, resumieron los estudiantes.

Te invitamos a escuchar la nota completa: