En la columna radial de Javier Pícolo seguimos desentrañando el mundo de los libros. Continuamos en el capítulo de las editoriales iniciado el lunes pasado y avanzamos junto a él sobre las llamadas “editoriales independientes” a las cuales ahora se las denomina medianas, pequeñas o artesanales. “Son estas las que hacen todas las apuestas por catálogos nuevos, de vanguardia, con textos experimentales. Arriesgan a publicar priorizando el aporte del texto a la estética literaria, más allá de la conveniencia económica de hacerlo. Sería imposible nombrarlas porque son muchísimas, pero lo importante es que estos editores sí leen los libros para evaluar su edición, las editoriales grandes intentan adquirir los derechos de autores que andan bien en las editoriales pequeñas y medianas, y los publican”, explicó Javier.
El tema de la distribución de los libros lo desarrollaremos en próximas columnas, pero es un tema importante pues en la palabras de Javier “lo padecemos mucho por la estructura geográfica del país, a cualquier distribuidor del interior del país le cuesta mucho más llevar sus libros a otros centros, pues por ejemplo enviar un libro a Entre Ríos puede pagar más por el envío que por el libro”.
Le preguntamos cuáles serían los caminos para una persona que escribe y que quiere publicar, nos decía: “Lo primero que puede hacer es diseñar el libro, llevarlo a imprimir, armarlo con su tapa y venderlo por su cuenta, ese sería un camino. La otra opción sería buscar un editor, que lo lee y lo evalúa y decide si puede funcionar, lo recomendable es pensar qué texto uno está escribiendo y luego fijarse qué editoriales están editando cosas más o menos parecidas.”
Luego agregó: “y si no está también la posibilidad de los premios literarios, siempre está la posibilidad de enviar el texto a algún concurso.”
Compartimos la columna completa en el siguiente enlace: