INFORMACIÓN CORTITA Y AL PIE… ¿ES CRÍTICA?

INFORMACI----N CORTITA Y AL PIE 2

Por: Analía Millán

Hasta hace una decena de años, los medios de comunicación nos proponían un modelo en el que sólo ellos, los medios, tenían la voz (diría yo la voz y la platita para sostener la empresa mediática). Mucho no han cambiado las cosas, no os ilusionéis. Lo que sí pasa, es que se han ido mezclando y borrando las fronteras de los medios masivos y cada instante de nuestra vida. Históricamente cada nuevo medio de comunicación amenazaba con quitarle protagonismo a los que ya tenían más camino recorrido. Pero lejos de ello, cada medio fue ganando espacio propio, adecuándose y adecuando nuestros usos y costumbres. Así fue cambiando también nuestra manera de informarnos.

Lo que aceleró y disparó de manera exponencial, a niveles nunca imaginados las posibilidades de lo mediático, fue el mundo digital e internet. Ahora los contenidos que vemos en la tele, podemos bajarlos y compartirlos por las redes sociales, pasarlos por whatsapp, hasta editarlos e intervenirlos (los famosos memes) y volverlos al ruedo del “compartir”, los “me gusta” y los “#Hashtag”.

Hasta aquí no hemos dicho nada nuevo, ¿no? Sólo una miradita a nuestro alrededor. Con este proceso tan nuevo, que vamos naturalizando, ya casi no nos damos cuenta denuestro consumo mediático ni de la reproducción de ese discurso cuando charlamos en un asado (léase verdura asada), o con una vecina, o en la sala de profes, y todos los otros etcéteras que quepan; terminamos simplificando ese fragmento, ese chiste, esa frase… reduciendo sólo a eso, un comentario inoportuno que suele encerrar una dura realidad, un complejo sistema de ideas que a alguien se le escapó frente a una cámara.

Y así, con información corta, diluida, edulcorada y un poco graciosa, salimos a la calle, siendo grandes opinólogos. Pongamos un ejemplo. Fueron muy repudiados en redes sociales y medios en general, los dichos del Presidente Macri en relación a “la angustia de independizarse de España”. Pero lo terrible que encierra esta frase no es la frase en sí misma, sino la presencia real y concreta del rey: él representa la opresión y el genocidio más grande de la historia latinoamericana. Su presencia trae el horror mismo, en un momento del país en que recordamos la lucha, las muertes que nos valió nuestra Independencia de España, de la misma España que sometió a nuestros pueblos originarios a borrar su historia, su cultura, su religión… ¿qué hay detrás de la presencia del rey Juan Carlos? ¿Qué modelo de país proponemos invitando al tirano del cual nos independizamos, el mismo día en que celebramos ese hecho heroico? ¿Por qué lo invitamos, qué queremos demostrar? Estas preguntas son sólo algunas, pero sobre todo es importante que nos las planteemos en contexto: fue el único representante del extranjero, junto con un par de vicepresidentes latinoamericanos… es decir sólo vino el rey. Las ausencias hablan por sí solas.

El problema de ésto es que suceden dos cosas que nos impiden hacer un análisis crítico: por un lado, que nos llega una noticia fragmentada (un recorte muy pequeñito) y, por otro, que los medios y redes se quedan en el chiste fácil, en la anécdota, en lo banal. Y no se cuestiona el trasfondo de esos dichos. Entonces los medios juegan a ser críticos y nosotros jugamos a ser analistas. Y todos quedamos chochos. Porque es una crítica graciosa, irónica, casi un chascarrillo que a nadie ofende.

En eso se han ido convirtiendo los medios, porque ha primado la lógica de “lo cortito y al pie de las redes sociales”. Ha ido cambiando en nuestra sociedad la capacidad de retener la atención en un informe que dure más de 3 minutos. De allí que los fragmentos son fáciles de soportar; los títulos de los diarios se manejan con palabras grandilocuentes, bombas de humo; la radio ocupa quince minutos para presentar con bombos y platillos un informe con poca o nada de información, pero que ejerce presión mediática. El punto, como siempre, no es sólo el hecho, sino la comunicación de ese hecho a través de los medios y las redes sociales. En esa mediación intentamos poner el ojo en esta sección.