Fue el pedido de justicia en la consigna principal de la pasada marcha del NiUnaMenos realizada el 3 de junio de 2022. Estuvo encabezada por familiares de desaparecidas en democracia y familiares de femicidio y travesticio en Mendoza.
Seguimos compartiendo las voces que se alzaron en el marco de la pasada marcha y en esta oportunidad, compartimos las palabras de Julia Morcos, feminista y militante de La Colectiva, quien se expresó sobre las violencias que a diario sufrimos las mujeres y disidencias por parte del gobierno local y además comentó sobre el primer juicio por odio de género que se desarrollará en nuestra provincia a razí del travesticidio de Melody Barrera.
Sobre esto se refirió Julia Morcos: “Estamos muy expectantes porque esto habla de la gran organización y el gran avance de los colectivos de diversidad en Mendoza y en esto me parece muy importante mencionar todo el laburo que vienen llevando adelante los compañeros de la Click Mendoza acompañando a la familia de Melody Barrera junto al equipo de abogados de XUMEK y todas las organizaciones que somos parte del comité de lucha por Melody”.
Melody Barrera fue asesinada el 29 de agosto del 2020 cuando tenía 27 años, y por el travesticidio será juzgado el ex oficial de la Policía de Mendoza, Darío Jesús Cháves Rubio. El juicio será por un tribunal de jurados y si buen aún no se conoce fecha de inicio sin dudas sentará un antecedente de gran importancia en la provincia de Mendoza. “En una provincia donde la Justicia es sumamente patriarcal porque acá no nos podemos olvidar que tenemos un gobierno provincial que se ha encargado sistemáticamente de nombres fiscales, jueces a dedo y que responden políticamente a este gobierno provincial que ampara a violentos en todos sus organismos y este es un claro mensaje para las mujeres y las diversidades que después no hace más que consolidarse en la Justicia”, destacó Julia.
Morcos recordó a Abigail Carniel, Gisela Gutiérrez y Viviana Luna, tres desaparecidas en democracia en nuestra provincia y cuyos casos no han avanzado en la Justicia; además detalló sobre las acciones u omisiones por parte del Gobierno local que violentan a las mujeres y disidencias. “Somos las organizaciones quienes junto a las familias llevamos adelante estas búsquedas que dan respuestas a un montón de situaciones pero también somos quienes sufrimos las consecuencias de todos los ajustes que este gobierno viene realizando sobre las mujeres y diversidades… y eso es violencia que el Gobierno hace hacia nosotras”.
Compartimos la charla realizada el pasado 3 de junio en el marco de la marcha del NiUnaMenos.
Para Uma Daniela Flores, del “Movimiento por la Inclusión Travesti y Trans”, el hecho de que se esté teniendo en cuenta la figura del “travesticidio” en la causa “es importante porque por primera vez desde la justicia se nombran nuestras muertes. Esperamos que lo mantengan”.
Un Estado ausente en plena pandemia
La pandemia llegó para recrudecer la violencia contra las personas trans, especialmente con las que tienen que salir a la calle a ganarse el día. Es decir, más del 90 por ciento de la población total.
No hay DNU, IFE, bolsón de comida, barbijo que salve del odio criminal a las chicas trans. “Muchísimas viven en la informalidad absoluta, hay ausencia de herramientas legales para que hagan valer sus derechos”, explicó Uma y agregó que los desalojos son la gran carga de esta pandemia para el sector.
“No tenemos plata para pagar alquiler, volvemos al hacinamiento, a nuestras casas familiares de las que habíamos salido para escapar de la violencia, volvemos a la oscuridad de la calle, ahora en soledad, al sometimiento”, relató.
Las redes de contención entre las trans que ejercen la prostitución son más afectivas que pragmáticas. “Nos ayudamos como podemos, ahora sufrimos una doble o triple exposición al peligro. Ninguna está a salvo”.
Las alternativas para seguir trabajando en pandemia bajo condiciones de mayor seguridad son para unas pocas. Lo hacen en “modo escort”, mediante videollamadas o selección de clientes de su confianza. Pero no todas pueden acceder a esta modalidad con mayor status: “porque eso implica someterse a cirugías carísimas para llegar a cuerpos hegemónicos que satisfagan la demanda y terminan cayendo en prácticas `médicas` clandestinas, otra forma de travesticidio», finaliza Uma.
Mientras decenas de proyectos inclusivos giran a su alrededor, la falta de acceso a la salud, la imposibilidad de gozar derechos laborales, el hostigamiento policial, los acosos de proxenetas, una sociedad formada para expulsar y la ausencia de Estado para cientas como Melody, son la cotidianidad y las principales armas travesticidas que enfrentan.
Hacia el final de charla, resuenan los deseos de Uma y Lana para que la causa avance como “travesticidio”: que el eco que deja Melody sirva en Mendoza para nombrar por primera vez estas muertes siempre silenciadas.