LA BATALLA

Por Fernando Alvarez

La manzana podrida

No queda otra más que apechugar, siempre ha sido así por otra parte. En el número anterior comentábamos todo lo que podía perderse si el Bauen caía. No pudieron desalojarlo todavía, aunque lo han intentado hasta el cansancio, y lo seguirán intentando mientras puedan, porque es un malísimo ejemplo de lo que no debe suceder: una manga de obreros, en algunos casos, semi analfabetos, manejando la contabilidad, la logística, la organización de una empresa. Y haciéndolo de forma exitosa, aumentando las fuentes de trabajo, repartiendo las ganancias por igual entre todos, brindando espacio y apoyo a iniciativas solidarias. Sin duda alguna se trata de un engendro imperdonable dentro de este sistema competitivo y excluyente en el que nos encontramos.

No hace falta que le cuente lo que ha sucedido con el gas, la luz, las importaciones, sin duda si a usted le ha impactado, a las empresas recuperadas también. A muchas las ha dejado al borde de sus posibilidades, casi trabajando para pagar los servicios. Pero recordemos que muchas de estas empresas nacieron al calor de la crisis del 2001. Saben lo que es pelearla.

Fantasmas en el sistema

Desde entonces hasta hoy las recuperadas han pasado como fantasmas por el sistema, no fueron reconocidas por la ley, por las organizaciones obreras, ni por el Estado. Han permanecido en un limbo legal del que nadie ha querido sacarlas. Sin papeles, con un desalojo colgando del cuello en todo momento, han crecido en número y cantidad de obreros en forma lenta pero sostenida. Sus únicos puntos de apoyo han sido las comunidades donde se han asentado y las otras recuperadas.

Hoy están librando una batalla más. Desde la asunción de la gestión de cambiemos, ya se han recuperado 13 empresas. Y el número va a seguir aumentando, a pesar de que se ha tratado de in visibilizarlas. Ya muchos obreros saben que si el patrón comienza a no pagar los sueldos, si se manda a mudar dejando un tendal de deudores atrás, si realiza una maniobra financiera para vaciar la empresa, existe la opción de tomar las riendas de la empresa y ponerla a producir, porque aunque parezca imposible, muchos otros ya lo han hecho. Ya no es tan fácil mandar al muere a un tendal de obreros.

Nuestro sistema tiene una especie de fascinación casi religiosa por la propiedad privada, que hace que nuestros empresarios puedan hacer casi lo que quieran y no paguen por ello.  A pesar de esto, y contra viento y marea las recuperadas se han creado a sí mismas como una opción cierta frente a la rapiña del empresario.

La otra opción

La economía social es una opción real y concreta cuyo objetivo esencial no es la acumulación y el lucro indefinido, sino el intercambio comunitario que promueva redes de comercio justo entre personas. También se denomina con ese nombre a una serie de estrategias populares que se activan cuando las crisis se llevan puesto todo. Los trueques, los microcréditos, las cooperativas, juntarse con los vecinos a comprar entre todos, son algunos ejemplos de estrategias que utiliza la economía social. Dentro de ese esquema las empresas recuperadas son una de las más nuevas y poderosas herramientas que tienen los trabajadores para hacer valer sus derechos.

Si a usted le interesa ser parte de este cambio silencioso, puede informarse sobre las distintas recuperadas que hay en la provincia, acercarse a ellas y ver que además de los distintos productos que fabrican, también producen dignidad en quien trabaja.

Y si quiere profundizar un poco su apoyo puede arrimarse todos los sábados de 9 a 15 hs. al frigorífico recuperado La Lagunita, ubicado en Lisandro de la Torre y Maure del Bermejo. Allí se abrirá una feria popular y comunitaria donde podrá encontrar carne, chacinados, verduras, lácteos y muchos productos más, que no necesitaron de la explotación de nadie para ser producidos.

No es que con su compra las cosas vayan a cambiar de un día para el otro, pero como dice el proverbio chino “un camino de mil kilómetros empieza por el primer paso”