Las Fiestas de la Vendimia analizadas desde la perspectiva de cómo se produce una relación de la política y estas festividades, cómo las tensiones políticas atraviesan esta práctica mendocina. Para el análisis histórico, Mariana Garzón Rogé, nos comparte lo estudiado en esta disciplina. Ella es licenciada en Comunicación Social, doctora en Historia e Investigadora del Conicet.
En esta nota, Mariana analiza el periodo de la fiesta durante el gobierno del peronismo. “Otras miradas sobre la Vendimia: La Vendimia Peronista (1946-1955). Los cambios que se van generando con la relación de los medios de comunicación, con la publicidad, la política y otros intereses”.
Las fiestas de la vendimia no son un espejo de la cultura mendocina sino que expresan versiones superpuestas, disonantes y en conflicto de los contornos de esa cultura. Tampoco son un momento en el que el poder presenta a la sociedad un relato para legitimar su poderío que sería aceptado pasivamente por los mendocinos. La idea de que durante el primer peronismo, entre 1946 y 1955, los rituales sociales fueron un instrumento de legitimación pública del gobierno y una herramienta en la construcción de un consenso pasivo en la comunidad es poco útil para analizar las vendimias de la década. No porque el gobierno eventualmente no quisiera darle esa utilidad, sino porque la fiesta siempre tomó sus propios rumbos, excedió los planes que había para ella y se mostró compleja, polifacética, inesperada, contradictoria, política, alborotada.
Al principio, se buscaba Reina del Trabajo durante las fiestas del Primer Gobierno de Perón; ya en 1955 la lógica cambia hacia un certamen de belleza, moldeada por el cine del momento. Esto genera una tensión sobre qué significa la Vendimia para el pueblo mendocino: ¿representa las características de al mendocinidad o es un evento de masas? “Es una fiesta viva” asevera la investigadora.
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PH: pacoarenas-escritor.com