LA FUERZA DE LO COLECTIVO: MAREA VERDE

 “No deseo que las mujeres tengan  poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”

Mary Wollstonecraft

Por Luisa Alvarez

Siempre he pensado que las mujeres podíamos hacer de todo. Lo que una sola no podía, lo podían dos, o tres o más, si la cuestión era la fuerza, solo había que sumar.

Teniendo esa premisa como un faro pienso en los hechos de denuncias públicas que se han sucedido a lo largo del año 2018. Pienso en cómo fueron ninguneadas, tanto en las mesas de café, en los almacenes de barrio y por supuesto en nuestra bendita TV, esa caja boba de la que no nos despojamos.

A las mujeres siempre nos re preguntan. Nos investigan. Nos interpelan. ¿Por qué ahora, después de tanto tiempo? ¿Por qué no le contaste a tus compañerxs? ¿Te asesoraste? ¿Por qué si? ¿Por qué no? ¿A ver contanos?  Ponete frente a cámara y morboseanos a todos contando todo y explicando claramente por qué dejaste pasar tantísimo tiempo. ¡Decí! ¡Dale! ¡Contá!. Si no, será que tanto no querrás que se aclare o bien capaz que estas exagerando o mintiendo para ensuciar la figura de algún  hombre. ¿Estás despechada? ¡Porque hay cada mina!

En ese lugar inquisidor nos pone la televisión, a las famosas y a las de a pie. A  las mujeres pueblo, nos preguntan menos y nos condenan más. Arman una historia y la repiten y así se dan masticadas las realidades. Nadie entrevista a nadie, ¡Caso Cerrado! Con las famosas la cosa es más difícil, tienen la posibilidad, de hacer ciertos descargos  y relatar sus versiones. Sólo porque el rating se traduce en publicidad, y ésta en plata, no se confunda, ni la verdad ni el feminismo interesan demasiado.

Asistimos a una época de construcción de nuevos paradigmas, de pararnos en otro lugar y mirar más lejos y en diferentes direcciones, respecto de las cuestiones de género. Lo construyeron por años un puñado de mujeres, tomaron la posta otras y así será cada día en el futuro, así creemos y queremos que sea.

Con toda esta marea verde, quienes se comprometieron en esta lucha fueron las actrices, armaron un Colectivo,  y se pusieron al hombro las luchas históricas del feminismo. Tejieron redes,  fueron sensibles, fueron sororas, enseñaron, aprendieron. Pusieron el cuerpo, allí en la pantalla, en la caja que parecía que por primera vez, no hablaba boberías. Construyeron estrategias y tuvieron códigos que se negociaron sólo con las pares.

Y un día se plantaron frente a un teatro, solo un puñado, y fueron una presencia contundente y amparadora para quien quería denunciar un abuso gravísimo. La víctima, pudo hacerlo con nombre y apellido, mediando denuncia legal, y por primera vez pudiendo después de muchos años soltarlo, en colectivo y acompañada por  congéneres y trabajadoras del mismo oficio. Todas saben claramente de qué se habla, cuando se habla de abusos.

Ahora bien, intriga saber qué piensan en su fuero íntimo los varones. A viva voz muchos expresan, que esta violencia debe terminar.  Ese dogma de fe,  no se traduce en gestos cotidianos, de cambio, o bien de interpelación a sus pares.  Están inmovilizados, mudos, sin saber aún qué hacer. ¿Qué piensan cuando mercenarios de la ley, que se venden por plata al mejor postor, se bajan de las defensas? ¿Qué piensan si los abusos y violaciones les pasan a las mujeres de su vida? ¿Qué piensan cuando ven ningunear a alguna mujer y no intervienen? ¿Qué piensa el colectivo de actores? ¿Qué piensan los dirigentes gremiales? ¿Qué piensa el mundo deportivo? ¿Qué piensan los oficios eminentemente masculinos? ¿Qué harán? ¿Tienen miedo? ¿Acompañaran? ¿Invernarán?  ¿Para cuándo los programas en donde la luz esté puesta en ellos? ¿Para cuándo el hacer diferente? ¿Perderán el tren de la historia?

Mientras tanto las mujeres seguimos avanzando, llegó el momento de sacar afuera la basura que había debajo de la alfombra, nos leerán y escucharán. Contaremos todas las violencias vividas, desde las abuelas a las  niñas. No se cansen. No se harten. Hay demasiado por contar.

Ha tenido que pasar demasiada violencia por nuestras vidas, para encontrarnos entre nosotras, solo mirarnos y tener la certeza QUE NOS PONEMOS en los zapatos de cada una de nosotras. Que hay luchas en la vida, que no tienen marcha atrás. Así Sea.

(Dibujo de Lulum)