LA POLÍTICA METIENDO LA COLA: DESTITUCIÓN DE UN JUEZ EN LA PLATA

Entrevista telefónica con el Dr. Luis Federico Arias, ex Juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata sobre su destitución. Una forma más de persecución y una muestra más de la dependencia del poder político entrometiéndose en el poder judicial.

El jury versó sobre el contenido de las sentencias que Arias dictaminó. Sin embargo las sentencias de los jueces no pueden ser revisadas políticamente, para ello están las instancias de apelación, de las cámaras, de las cortes, y demás organismos del poder judicial, para poder controlar y revisar el contenido de las decisiones de los jueces, en función de las interpretaciones que se hagan.

En este caso, lo que hizo el Jurado fue una revisión política de las decisiones jurisdiccionales de Arias, violando la independencia de los jueces. “En 17 años de juez, tomé decisiones todas vinculadas a la protección de derechos fundamentales: protección del derecho a la salud, derechos de personas privadas de su libertad, entre otros. Mis sentencias generaron conflictos de competencias con otros jueces, que fueron dirimidos en la Corte y esas fueron casuales de enjuiciamiento por este Jurado. Un absurdo”. Algunos de los fallos de Arias: en contra de los tarifazos de las empresas, a favor de los reclamos de docentes bonaerenses. 

El procedimiento no respetó varias normativas: los tiempos de las causales no pueden superar los cinco años, la elección del Jurado fue de manera arbitraria y a medida, ideológicamente alineados con el gobierno. Así tomaron medidas para llegar a la destitución. La ley dice que una destitución no puede ser recurrible, pero hay algunos resortes a los que se puede apelar, por ejemplo, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“Hablar de estado de derecho, de independencia de poderes hoy resulta trivial en este estado de situación… cuando lo que vivimos es un estado de ocupación económico. De las 100 entidades económicas del mundo sólo 39 son países, el resto son corporaciones económicas. Si un país invade a otro, se desata una guerra; pero en cambio, si una corporación económica invade a un país, no pasa nada. Nosotros lo que estamos viviendo es un estado de ocupación, urdido desde Estados Unidos, como en el resto de la región, donde las acciones se llevan a cabo, a como dé lugar, con  apoyo político, sin apoyo, a favor o en contra del derecho. Todo aquel que se ponga en contra, sufre las consecuencias”.

Un caso emblemático es el de Milagro Sala, que no se respetaron los procedimientos legales: primero la pusieron presa y luego vieron cómo justificarlo. Tiene que haber una denuncia, una investigación, pruebas, una condena, y recién un culpable…

Lo que sucede en nuestro país “es una subversión del orden jurídico en el ámbito judicial. Y en el ámbito político se modifican por Decretos de necesidad y urgencia la Ley de Medios, de Migraciones, se ha permitido la injerencia de fuerzas armadas, se ha endeudado de una manera inusitada a cien años, todo a espaldas del Congreso. Se toman las decisiones y luego se ve cómo se las lleva a cabo, acá no hay división de poderes. Y en este sentido las entidades económicas terminan apropiándose de las instituciones políticas”.

Otro ejemplo que cita Arias es la designación como Presidente de la Suprema Corte de la Nación a Carlos Rosenkrantz, conocido por representar intereses corporativos, intereses de capital nacional y transnacional. “Debería haber diversidad, y que estén representados los intereses de las minorías, y no sólo los intereses de las corporaciones”.

Avanzamos hacia un modelo de país extractivista, y las riquezas irán a bancos extranjeros, y a nosotros nos quedarán los residuos de la producción agrícola y la producción minera; ya no habrá una burguesía nacional, que invierta en negocios pequeños y medianos, sino que se va a internacionalizar y se va a dolarizar de la economía. Este es un modelo netamente liberal en lo económico.

El ex juez explica la importancia de los derechos fundamentales que deben ser promovidos no sólo en la Constitución, sino en políticas públicas que garanticen el acceso a nuestros pueblos. Acceso al trabajo, freno a los tarifazos, revisión de los endeudamientos, castigar la fuga de capitales, defensa de los derechos humanos y sociales, y la lista es larga en un contexto donde la política está en función de la economía transnacional, en beneficio de un puñado de personas, que casualmente, son quienes arrasan con todo, sin importar quién se cae del barco.

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