Se conoció este mediodía la sentencia histórica por la apropiación ilegal de Claudia Domínguez Castro. El tribunal sentenció a 10 años de prisión para el ex-militar Segundo Héctor Carabajal y 3 años para los apropiadores, Julio Bozzo y Antonia Reitano.
Durante la última dictadura cívico eclesiástico económico militar, alrededor de 500 bebés fueron apropiados por los genocidas en lo que sería uno de los aspectos más oscuros del plan pergeñado por el terrorismo de Estado. Hasta el momento sólo 128 han recuperado su identidad. Uno de esos casos fue el de Claudia Domínguez, nieta número 117, que recuperó su identidad en el 2015.
El juicio por la apropiación ilegal de Claudia – hija de Walter Domínguez y Gladys Castro, desaparecidos el 9 de diciembre de 1977, y nieta de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo en Mendoza, María Domínguez – comenzó el pasado mes de octubre y finalizó hoy con la sentencia a 10 años de prisión para el ex miembro del Destacamento de Inteligencia 144 del Ejército, Segundo Héctor Carabajal; y 3 años para la pareja de apropiadores Julio Bozzo y Antonia Reitano.
Tras conocer la resolución del Tribunal – integrado por Alejandro Piña, Alberto Daniel Carelli y María Paula Marisi – el abogado querellante, Pablo Salinas expresó: “Es importante que se haya sentenciado como crímenes de lesa humanidad y se haya declarado como víctima a Claudia. Con la pena no estamos de acuerdo por lo que vamos a ejercer la facultad de recurrir en Casación. Y además a Carabajal que es de Inteligencia se le ha dado 10 años, y si bien no estamos de acuerdo creemos que es una pena razonable”
“De todas maneras nos parece un acto de justicia, una sentencia histórica, la primera sentencia por apropiación de menores en la provincia de Mendoza, y no nos vamos completamente satisfechos pero sí en gran parte al pensar que se ha hecho justicia”, remarcó Salinas, quien como querellante había solicitado al Tribunal 15 años de prisión para Carabajal y 6 años para los apropiadores.
Por su parte Viviana Beigel, también integrante de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo Mendoza, expresó: “Este es el primer juicio que tenemos en la provincia sobre apropiación de niños y niñas, y para nosotros ha sido muy importante porque permite visibilizarlo en su dimensión completa a través de la comprensión de cómo ocurrieron los hechos a través de un caso concreto y se puede comprender lo que sucedió en la Argentina en este plan terrible de apropiación de niños y niñas que realmente es uno de los delitos más aberrantes que cometió el terrorismo de Estado”.
Paula Baigorria, integrante de HIJOS, dijo: “Además de ser una sentencia histórica por ser un juicio por delitos de lesa humanidad lo es también porque se está ventilando qué paso en el momento en que Gladys Castro da a luz y se roban a su hija que está 30 años viviendo con otra familia. Probablemente no nos enteremos qué pasó con Gladys -que es una de las cosas que pedíamos-, los genocidas no han roto el pacto de silencio, no creemos que lo vayan a hacer pero por lo menos va a haber justicia. Este caso es una evidencia de cómo Mendoza también se sumó al plan sistemático de apropiación de menores, donde esperaban a que las mujeres dieran a luz para luego entregarlos a otras personas”.
Finalmente, Viviana Demaría, integrante del Movimiento Ecuménico, compartió: “Desde el Movimiento Ecuménico siempre se hizo un trabajo muy prolijo también con el acompañamiento de Abuelas y realmente fue un trabajo de equipo de mucho tiempo, de mucha pasión, esperanza y cuidado, como son todos los caminos que se hacen en la búsqueda de la identidad. Abuelas realmente ha jugado un papel muy importante porque ha llevado a Claudia a su pregunta por la identidad y esto nos demuestra que la verdad, la justicia – ese camino que para muchos parece lento- es el que verdaderamente da respuestas; y nosotros estamos de este lado, del que no pide venganza, sólo justicia”.