LETRAS Y TEATRO PARA LA LIBERTAD

Columna de la Biblioteca Popular La Mosquitera 08/04

Como es habitual en la columna de la Biblioteca Popular La Mosquitera compartimos cosquilleos culturales, en este caso una experiencia vinculada al teatro y la literatura llevada a cabo por el actor y profesor Lucas Nasrala, quien dicta talleres de teatro en contexto de encierro en el CENS 3-516 de la Unidad 3 desde el 2014.

“Hasta este momento estoy acá como una suerte más de militancia de querer trabajar con estas personas privadas de su libertad, y sus dificultades,  sus historias de vida y poder comunicarlas, que es algo muy importante en estos momentos tanto para las personas privadas de su libertad como para las personas que están supuestamente libres en las calles”, expresa Lucas y agrega: “Creo que uno de los grandes problemas es no poder manifestar lo que nos está pasando y la herramienta que utilizamos en esta caso es el teatro”.

Sorteando las dificultades que implica desarrollar espacios como este en las condiciones en las que se encuentran las cárceles en nuestra provincia, Lucas afirma: “Seguimos para adelante con algo que es muy necesario, no solo lo decimos quienes estamos convencidos de lo que estamos brindando sino también las mismas chicas nos han dado devoluciones magníficas, que es el combustible necesario para mantenerse en este lugar y decir que es el lugar correcto en el que estoy y es la forma más adecuada que tengo para brindar el teatro, al menos para mí en este vida”.

El teatro se fortaleció con la biblioteca y la poesía, y más que una metáfora resulta más que una hermosa realidad: “Además de las dificultades espaciales están las dificultades del tiempo en el que transcurren mis clases porque son poquitas horas que han tendido a disminuir en los últimos 5 años en todas las horas de talleres socioculturales. Entonces, las pocas horas que teníamos las aprovechábamos al máximo; y yo me apoyaba mucho en Vale (Valeria Valente) que hacía el primer nexo con las chicas al igual que Leo Godoy con la poesía”.

En relación al proceso de trabajo con las mujeres privadas de libertad, Lucas agrega: “A veces se trabajaban cuentos que ellas escribían y que tenían que ver con sucesos que les habían pasado, entonces eso era mucho más cercano que un cuento de autor”

“Es un lugar desafiante como docente porque uno tiene que adaptarse, son códigos diferentes, son estrategias diferentes a otras instituciones y las instancias pedagógicas y los intercambios se tienen que dar en este marco. A pesar de las dificultades he tenido muchas satisfacciones, mucha demostración de afecto; pero la mayor satisfacción como docente es ver la inteligencia que aplican en otras instancias, la confianza en ellas mismas, el empoderamiento, eso es lo más importante más allá de las excusas de las dinámicas teatrales y de escritura”, cerró Lucas.

Compartimos la columna completa.