Por Laura Talquenca
Según el gran pedagogo Paulo Freire “El educador necesita del educando, así como el educando necesita del educador. La cuestión es saber cómo se dan estas relaciones, de tal manera que sea una práctica democrática”. Esta frase ilustra de manera muy clara el espíritu que atraviesa las aulas del cens 3415 Jorge Paschcuan, institución educativa que, en esta oportunidad, invito a conocer.
La historia del Cens 3-415 “Jorge Paschcuan” no es una más del montón. Tiene una impronta de organización, solidaridad y trabajo colectivo. Está íntimamente ligada con la creación de los barrios San Martín de Ciudad y Aeroparque de Las Heras, ambos construidos por ayuda mutua en los años sesenta. A través de la acción de los miembros de la comunidad, impulsados por el mítico padre José María “Macuca” Llorens; los primeros habitantes se organizaron en cooperativas de viviendas y uniones vecinales. Lo que finalmente llevo a la conformación de la “Junta Comunitaria del Oeste”.
En este contexto surge el Cens 3-415 de la propia demanda de los vecinos de los barrios del oeste, que observaron la falta de una alternativa para completar sus trayectorias escolares de nivel secundario. Personas que por distintas situaciones personales tuvieron que postergar esa deuda pendiente y con una fuerte raíz de pertenencia al barrio, impulsaron la creación de esta institución educativa.
En julio de 1991 la Junta Comunitaria Zona Oeste, integrada por distintas organizaciones dio el primer paso para que aquella iniciativa de los vecinos se concretara y así nace el centro de educación de adultos. Los vecinos, junto a la parroquia y organizaciones barriales decidieron en conjunto que el Centro Educativo funcionara en el Centro Comunitario del Barrio Aeroparque, incluso propusieron a los docentes, personas que venían trabajando en la zona dese hacia tiempo.
Uno de las contribuciones más importantes para la concreción de este proyecto, lo realizó la Mutual de Ancianos Padre Llorens, que puso a disposición la personería jurídica que se necesitaba para cumplir con los requisitos y don Jorge Paschcuan, su presidente, aporto la incansable tenacidad para lograr que esta escuela tuviera vida. Razón por la cual el cens fue bautizado con su nombre, para honrar la participación de este notable dirigente barrial. Además, don Jorge era carpintero y junto a otros ancianos de la mutual colaboraron con la repararon de esos primeros bancos, para que pudiera comenzarse el dictado de clases. Otras entidades aportaron con la convocatoria a alumnos con ganas de desafiar el frio de la noche y poner el esfuerzo necesario para la organización y conservación del espacio.
La capacidad de gestión que tenía ese grupo inicial de participantes, marcaba la diferencia en la manera de vincularse entre docentes y estudiantes, donde primaba el trato igualitario y no había lugar para las jerarquías. El Cens 3415 es mucho más que una escuela, se convirtió además en la impulsora de demandas que hacía tiempo eran requeridas en el barrio. Tal es el sentido de pertene
ncia que no resultaba extraña la participación de los propios vecinos que en ocasiones impartían clases, contando la historia colectiva desde sus propias experiencias.
Llenas de buenas intenciones las paredes de este edificio escolar albergan innumerables anécdotas para rescatar. Susana Oro perteneciente a la primera promoción de egresados y actual encargada de la fotocopiadora del Cens, relata que después de trabajar todo el día, ella y sus compañeros iban a la escuela y concluían la jornada con la limpieza de aulas y los baños para que estuvieran acondicionadas para la siguiente noche.
Como el edificio no fue concebido inicialmente para que funcionara una escuela, tiene sus singularidades, cuando se ingresa a uno de los módulos de techo de chapa, a uno se le escapa una sonrisa silenciosa al ver la rampa que hay en la entrada. La misma fue construida por los estudiantes que estaban en ese curso ya que uno de ellos se movilizaba en sillas de ruedas. Así fue que sus compañeros decidieron ir un fin de semana a la escuela y construirla para que él pudiera entrar y salir sin dificultades.
Una figura para destacar es Oscar Alarcón cuya tenacidad y trabajo lo han convertido en la memoria viviente que permite reconstruir la historia del Cens, ya que se desempeña como celador de la institución desde sus comienzos y siempre está dispuesto a contar alguna linda anécdota.
En el año 2004 a partir de las acciones realizadas por la comunidad educativa y con el apoyo de los vecinos, se consiguió que, a través de la Legislatura y por la Ley provincial 7298 se lograra transferir el terreno a la DGE y que el edificio se destine al funcionamiento del Centro de Nivel Educativo Secundario 3-415, Jorge Paschcuan, convirtiéndose en el primer centro educativo para jóvenes y adultos con edificio propio en la provincia.
Como pueden ver este Cens está lleno de historias de vida de personas comunes, como cualquier otra pero, que con su participación y compromiso, dejaron una huella imborrable en su comunidad y un legado de solidaridad; como la profesora Norma Zamboni, entusiasta promotora de la educación popular que marco un antes y un después en la historia de esta entrañable escuela.
Cumplir 25 años en el Cens 3-415 Jorge Paschcuan es demostrar que es posible alcanzar la inclusión educativa genuina para jóvenes y adultos desde una perspectiva de participación, donde es escuchada la voz de todos los que forman parte de ella.
Si usted está interesado en continuar sus estudios o conocer el
Cens consulte a través del Facebook: Noti lo puedo creer