A raíz de las llamativas talas, podas y descuidos en general de un factor principal del espacio público como es el arbolado, nos metimos en la problemática en diálogo con Teresita Capezzone, quien participa en la Asamblea del Árbol.
“A pesar de que tenemos una ley de protección del arbolado que define claramente las obligaciones de cada repartición, y hay un organismo que es la Dirección de Recursos que aplica la ley, hay otros organismos como los municipios que tienen competencia en la ley y obligaciones como cuidar, regar, podar, replantar; todo este sistema está desmantelado, desarmado… con poco y nada de personal y de profesionales”, aseguró Teresita Capezzone.
“A nosotros nos parece que esta voracidad por las talas, con un criterio totalmente afuera de lo técnico, de lo científico y de lo legal, tiene que ver con una forma deliberada de no cumplir las leyes y de no tener un plan… respecto de los árboles no se puede pensar en las próximas elecciones, tenés que pensar en los próximos 50 años”, agregó.
Desde la Asamblea por el Árbol manifiestan preocupación por este accionar . “En particular en el departamento de Guaymallen han sufrido terribles talas… nosotros estuvimos la semana pasada en la calle Godoy Cruz… y vimos talas de árboles, vimos que los troncos estaban sanos, nos quedamos a hablar con los vecinos quienes nos confirmaron lo mismo, estaban en las líneas correctas. Despues estuvimos en el Bº UNIMEV donde vimos talas, pero más que nada podas fuera de la ley, porque la ley y su decreto reglamentario especifican bien qué tipos de podas, en qué época del año, en qué etapa de la vida del árbol y dice que la poda debe ser una intervención mínima.”
La Asamblea ha denunciado en las redes que el municipio de Guaymallén se jacta de haber vendido la madera del patrimonio público a la empresa Cuyo Placas, disfrazándola de economía circular.
El arbolado público cumple una función social, ambiental, de salud, histórica, patrimonial, pero no comercial, a lo que Teresita agregó: “En el parque San Martín… hemos visto falta de cuidado y de riego, y los bosquecitos que eran parte del diseño original y que además cumplen una función indispensable por ejemplo contra vientos, aluviones o aludes… los han devastado, pasan con camiones, con máquinas por adentro de los bosques…nos parece que es una política la destrucción de uno de nuestros patrimonios directamente vinculado con la salud, como es el arbolado público”.