Esta semana en La Diaria, programa de la Radio La Mosquitera, se ha hecho un acompañamiento a la lucha de los trabajadores del Astillero Río Santiago, para darle visibilidad a un reclamo que está dejando a más de tres mil trescientas personas sin su fuente laboral. En un contexto en el que la respuesta a los reclamos justos son balas y represión.
En comunicación con Juan Antini, trabajador del Astillero, desde Ensenada, nos cuenta de cómo fue la situación en la que mientras marchaban fueron enfrentados por la fuerza pública.
“Queremos agradecer que nos den espacio para contar lo que pasa con los astilleros en general, y con el Astillero Río Santiago en particular. Es uno de los más grandes de Sudamérica, tiene potencial para construir buques de gran porte. Lo que está pasando hace un tiempo es que venimos siendo asfixiados con los recursos para poder seguir trabajando con las obras que ya tenemos iniciadas, que están prontos a ser finalizados. Pero pesa en nuestras espaldas la posibilidad de que nos demanden por no cumplir los plazos del armado. Lo que necesitamos son los recursos para poder concluirlas. El ataque no es sólo desde la asfixia de recursos para poder trabajar, sino también de los medios oficialistas que arman informes con mentiras sobre el astillero; y en el último tiempo también el ataque vino por modificar rubros de nuestros sueldos, que tienen que ver con nuestro convenio colectivo de trabajo”.
El Gobierno Provincial de Buenos Aires, de la Gobernadora María Eugenia Vidal, no ha propuesto ni facilitado un espacio de diálogo, ni ha aceptado las propuestas presentadas por los trabajadores de este sector productivo. Por el contrario, ante una manifestación pacífica fueron reprimidos, resultando personas golpeadas por las policías, heridas con balas de goma y cinco detenidos. “Las medidas que quiere implementar este gobierno sólo pasan a través de los palos y las balas de goma”. Estas medidas son parte de los puntos del acuerdo del FMI para garantizar su cumplimiento, y el próximo desembolso. A partir de estas acciones violentas por parte del estado, se están llevando a cabo denuncias de manera colectiva e individual, inclusive al presidente de la empresa que no ha dado respuestas a los pedidos de los trabajadores, y se fue de vacaciones en pleno conflicto.
Las condiciones de producción requieren de inversiones en tecnología y equipamientos para que sea rentable y permita el crecimiento productivo. Pero lamentablemente se está dando el camino contrario, el desfinanciamiento que provoca que la cadena de producción se frene.
Por estos días el Presidente Mauricio Macri se refirió al conflicto diciendo que al Astillero habría que dinamitarlo… frente a estos dichos, los trabajadores de Río Santiago le responden que si lo dinamitan, lo tendrán que hacer con las tres mil familias adentro, como forma de expresar de que no van a detenerse en la defensa de sus derechos laborales, de su fuente de trabajo y de la producción nacional.
También mantuvimos un diálogo con Pablo Rojas, Secretario General Adjunto de ATE Ensenada, quien explicó en profundidad cuál es la situación de fondo de la Fábrica, entre lo que denuncian es que el Gobierno está comprando buques en el extranjero, obviando las propuestas de producción nacional para la construcción de un buque de guerra para la armada, un guardacosta para prefectura, que generarían mano de obra para mil trescientas personas de manera directa y la activación de la industria alrededor. Sin embargo se han importado buques desde Francia.
Rojas pone en valor el apoyo de otras organizaciones sindicales como la Multisectorial 21F, Camioneros de La Plata, UOCRA, organizaciones sociales como la CTEP, la Corriente Clasista y Combativa, estudiantes universitarios y secundarios… “Tenemos apoyo en la región y nos ayudan a hacer visible la lucha de los astilleros”. Este conflicto afecta a la localidad de Ensenada porque la mayoría son de esta zona y alrededores, genera incertidumbre y se frena la actividad económica de esta localidad.
“La situación del país obliga a unirnos, las consecuencias son cada vez más terribles. Cada vez vemos cómo aumentan los comedores, que antes iban los chicos, ahora va toda la familia; a los jubilados no les alcanza para vivir”.