PARA EMPEZAR POR EL FINAL, LO DÓLARE NO VAN A LLEGAR, por lo menos, por un ahora laaargooo. Y no es un quilombo actual, hace mil años que los dólares nunca alcanzan. Siempre manoteamos el tarro, rasguñamos el fondo, y ni un papelito verde nos queda. La pregunta del millón, es porqué siempre los dólares nos faltaron y nos faltan. La otra es porqué cada vez debemos más, aunque, gobierno tras gobierno, siempre pagamos y pagamos con sangre, sudor y lágrimas del pueblo.
EN NUESTRO PAÍS, COMO EN CUALQUIER OTRO, si fabricás, siempre necesitás alguna boludez para completar el producto, y esa boludez, grande o chica, está afuera, la fabrican en otro País, y para que te la manden, (poco solidarios che), tenés que garparlas. ¿Con qué las garpás? Con dólares o euros. Ahí tenés, necesitás dólares. No es muy complicado de entender. Lo complicado es tener los dólares. Cuando faltan, todos miran al Presidente del Banco Central de la República Argentina, el tipo, todo trajeado, se acomoda el nudo de la corbata, traga saliva, levanta los hombros y dice. ¡Acá no hay ni un verde Presi, es más, faltan, les debemos a todos! Y ahora… a jodernos de nuevo, a manguear, a entregar los bienes comunes, privatizar empresas del Estado, las joyas de la abuela que ya no quedan, todo, todo por un puñado de dólares.
LA PUNTA DEL OVILLO, DE UN OVILLO GIGANTE, viene de la Dictadura Cívico/Militar, allá por el 76. Martínez de Hoz revalorizó el peso argentino, nos hicimos caros y el mundo barato (parecido a hoy), todavía los más veteranos recordarán el DEME DOS, frase de la época que usaban los pocos argentinos que tenían trabajo, que podían viajar. El mundo era una bagatela, DEME DOS TELEVISORES, DEME DOS DE TODO. La clase media tenía una sonrisa de oreja a oreja. Abrieron las importaciones para que compitan con nuestras industrias en desigualdad de condiciones. Cualquier similitud con la actualidad es ficción. Los dólares del Banco Central se iban por turismo o por importaciones, y, de algún lado había que manotear. ¿Con qué se tuvo que pagar esa fiesta? A que ya sabés. Sí, acertaste, con deuda externa, mangando para apagar el incendio. Igual no pudieron, dejaron el País en llamas.
SE RAJARON Y DEJARON UN TENDAL, la deuda creció un 364% durante la dictadura, pasando de 9.700 millones de dólares en 1976 a 45.100 millones de dólares en 1983. Acá está la cagada. Deuda Exterior y Empresas cerradas. Todo era una timba. ¿Cómo se va a pagar esa deuda si no entra un dólar? Que se arregle otro. Llegó la Democracia a los tumbos y Alfonsín recibe la papa caliente. Cuando el Banco Mundial le dijo NO, no hay un verde más, se vino le hiperinflación y Alfonsín quedó culo para arriba.
ENCIMA DEL CABALLO, CON ALFORJAS AL COSTADO, meta fusta avanzando entre los espinillos, llegó desde La Rioja el Turco Menem, el capicúa. Patillas al viento, melena flameante y sonrisa programada. Levantó la mano, ¡ALTOOOO!, acá me bajo, y se metió en la Quinta de Olivos como un rey. Lapicera en mano, firmaron con Alfonsín el gran Pacto. Y… apareció un tal Cavallo, este ya venía metiendo mano en la economía desde la Dictadura. Otra vez sopa dijimos. Pero el pelado le trajo la gran idea. Ley de Convertibilidad. No fue magia, paró la inflación de un saque. Todos los bolu mirábamos como, de una Hiperinflación, ahora estábamos con inflación negativa, ahí aprendimos la palabra, DEFLACIÓN. Otra vez volvió la sonrisa de la clase media y el DEME DOS viajando por todo el mundo. ¡QUÉ PAÍS ARGENTINA CHE!
EL TURCO NO NOS DEJÓ NI LAS MEDIAS, con sus ministros vendió la Argentina a precio de remate, esa, la nuestra, la que tiene Himno, Bandera y Escarapela, que alguna vez gritaron unos revolucionarios de Mayo ¡VIVA LA INDEPENDECIA! Esa misma que nos pertenece, donde votamos con esperanza, la mayoría de las veces para el culo, de un plumazo dejó de pertenecernos. AHHHH, de la entrega de todo lo nuestro vinieron los dólares para bancar el derroche, la fiesta de los viajes y los DEME DOS, la sonrisa de cierta clase media que todavía tenía laburo. Privatizó todo lo que encontró, la palabra regaló se ajusta mucho. Remató el petróleo, el gas, el agua, Aerolíneas, el acero, el Río Paraná, la minería, las Jubilaciones, la pelusa de ombligo, etc., etc., etc.
CON CARA DE YO NO FUI Y BASTÓN EN MANO, entra De La Rúa, al Turco le dieron una patada en el or y se fue, como no lo van a rajar si dejó desocupados y pobreza como en un País en guerra, casi todas las pequeñas empresas cerradas. Al hombre de vos suave y andar cansino, le duró poco la alegría, De la Rúa no supo qué hacer ante tanto quilombo, Ley de Convertibilidad heredada, provincias que no recibían un mango del Gobierno Central, una Deuda Externa gigante. El Flaco pregunta si hay algo para vender y desde el Ministerio le dicen ¡NO, el Turco vendió todo! Cagamos. Llega Cavallo de nuevo, y otra vez el mangazo. Lo Dólare, Lo Dólare. Mega Canje, eso hizo, como no teníamos con qué garpar los vencimientos, canjeamos una tasa del 7% al 18%, pasamos de tener vencimientos por 60500 millones de dólares a 98400 millones de dólares, nos entotoraron por 38000 millones más los intereses. En cuanto el Fondo Monetario Internacional le dijo, no hay más verdes, Domingo Cavallo, el dueño del circo, inventó el Corralito para frenar la sangría de guita que se iban de los bancos. Conclusión, estallido social, político, muertes en las calles, helicóptero.
MACRI LLEGA COMO EL PALADÍN DE LA INFLACIÓN CERO Y HAMBRE CERO, ni inflación cero y más hambre, nos mete otra deuda con el Fondo Monetario, del cual nos habíamos librado durante el Gobierno de Néstor Kirchner. La nueva deuda: 45000 millones de dólares. Otro agujero al bote. Flor de agujero. ¡Hundido! Cuando asume Alberto Fernández, con buenos modales, no le sirvieron de nada. En los primeros años tuvimos un gran ingreso de dólares por exportaciones, pero la falta de control en el Banco Central, entraban por una ventana y se iban por la puerta. Sin verdes, siempre sin verdes. Con deudas y más deudas.
POR EL BERMEJO LABURAMOS Y LABURAMOS, por más esfuerzo que hacemos y buena onda, no se puede parar la olla, ni pagar el boleto del bondi, nos estamos cagando de frío porque el gas vale dos ojos de la cara. Una idea que les mandamos a quienes ocupan las Legislaturas Provinciales, y también vaya para nuestros congresistas, allá por los Buenos Aires. Si el afano de un sachet de leche en el Super es un delito grave, gravísimo, ¿no sería bueno investigar donde fueron a parar los millones y millones de dólares que debemos? ¿Y si es más grave los dólares que se fugaron que el afano del sachet de leche en el Super?, ¿y estamos metiendo en cana al pobre que tiene hambre, y está zafando el que con lapicera se llevó los verdes? Mejor hagamos justicia para no meter la pata vio.
¡¡PARA TERMINAR POR EL PRINCIPIO, LO DÓLARE NO VAN A LLEGAR!!