Charlamos con Silvia Chiaveta, quien junto con otras mujeres crearon el grupo “Mujeres de los confines”, nos contó de qué se trata:
“Este espacio nace a partir de una pérdida muy grande como fue la muerte de Liliana Bodoc, en ese momento de tanta tristeza inexplicable, con una amiga en común que sabe además mucho de la obra de Lili, Adriana Correa, fuimos un día a El Challao, encontramos un arroyito que se iba aumentando su caudal con nuestras lágrimas, y dijimos “bueno hay que hacer algo con este dolor, hay que transformarlo en otra cosa, y ahí surgió la idea de conformar un grupo de lectura y le pusimos “Mujeres de los confines” haciendo alusión a la Saga de los confines…”
Continuó relatando que ese grupo de lectura no fue suficiente: “… entonces empezamos a ir a escuelas, escuelas secundarias, de Santa Rosa, de La Paz, de Godoy Cruz, y empezó ese movimiento tan maravilloso de ir a las escuelas a leerles a los chicos, a contar cuentos…”
Resulta muy interesante cómo reaccionan los chicos ante lo propuesto: “… vamos a primarias, secundarias, incluso jardines de 4 y 5… creo no exagerar si te digo que se crea un clima de avidez, los niños y las niñas escuchando, que parece no ser muy habitual en el aula ese hábito de promover la lectura en voz alta, no hay nada más lindo que te lean un cuento.”
La entrevista es bien extensa y rica, como para escucharla dejamos el link abajo, por último rescatamos una frase que no está en ningún libro, sino que es un pensamiento de Liliana Bodoc: “La magia me autoriza a desobedecer y a morirme en la paz de los que saben que la piel es un límite impreciso y que tras la apariencia del final, hay un ciclo de ave, tierra, niño, tortuga, dátil, mujer de nuevo, otra mujer, y qué? La magia me autoriza a no tomarme en serio que soy un individuo único, irrepetible, piel adentro, prefiero parecerme a cada ser, la magia me autoriza, y ya muerta, llegar a la tortuga, al alacrán, al risco, como quien vuelve a casa.”