Foto: Unidiversidad

NOMBRAR, PARA SEMBRAR MEMORIA

Macarena Cassals, integrante de los Espacios de la Memoria, expusó sobre la participación en la Marcha de Ni Una Menos, llevada a cabo el 3 de junio, y sobre la necesidad de visibilizar “las violencias que sufrieron las compañeras detenidas desaparecidas durante la última dictadura cívico militar elesiástica”.

En éste sentido analizó que se ha “decidido nombrar a los centros clandestinos de detención como Centros Clandestinos de Detención, Tortura, Violencia Sexual y Encierro, resaltando así que la violencia sexual existió” Los crímenes sexuales eran juzgados al igual que si se trataba de otras violencias.

Expresó además que, “con el avance de los feminismos las compañeras puedieron empezar a testimoniar ésas violencias sexuales que sufrieron y a partir del 2010 con la causa Molina en Mar del Plata, hubo un quiebre histórico y empezaron a juzgarse los delitos sexuales”, diferenciándolos de las torturas y comenzando a ser juzgados como delitos distintos.

Recordó, además que “las trabajadoras sexuales fueron quienes empezaron a sufrir la represión antes del golpe de estado porque en Mendoza funcionaba un grupo parapolicial, que era el comando moralizador Pío XII, encargado justamente de secuestrar, torturar y matar a las mujeres que eran trabajadoras sexuales”.

Para finalizar, expresó que la particularidad en la participación de la Marcha Ni Una Menos, es que las compañeras de Hijas, fueron adelante con la bandera y las pancartas de las compañeras detenidas desaparecidas, “a sabiendas que si vivieran estarían luchando junto a nosotras y como una manera de tenerlas presentes”, expresó Macarena.