Continúan detenidos al menos 16 manifestantes, incomunicados y acusados arbitrariamente de “terrorismo de Estado”, en el marco de la multitudinaria convocatoria de organizaciones y movimientos sociales para expresarse en contra de la Ley Bases.
Entre las acciones solicitando la libertad de las y los manifestantes, se hará hoy una protesta frente a la Casa Rosada y en diferentes puntos del país; continuará mañana con la entrega de un petitorio por la libertad de las y los presos a la jueza Servini de Cubría. Al petitorio adhirieron las Madres, las Abuelas (todos los organismos de derechos humanos nacionales) y también organizaciones y figuras internacionales, y ya cuenta con más de 30.000 firmas.
María del Carmen Verdu, integrante de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) sobre las y los detenidos en el marco de la represión desatada durante la sanción de la Ley Bases. “Una de las cosas que nos preocupa es que ha sido tomado con enorme naturalidad por buena parte de la prensa y eso a su vez construye opinión pública, es que muchísimo antes de que los sumarios policiales ingresaran al juzgado y la gente del juzgado se sentara a ver qué tenía, a quién habían detenido, qué decía la policía que había ocurrido, etc, ya estaba saliendo en redes y notas de prensa, declaraciones públicas de presidente, vicepresidenta, ministra de seguridad, con una serie de consideraciones – “terroristas”, “golpe de Estado”- prácticamente en términis idénticos a lo que inmediatamente después iba a tomar el fiscal Stornelli para elaborar su versión de los hechos, la jueza Servini tomó esa misma descripción genérica, vaga, sin concretitud para imputar en las indagatorias, y sobre esa base también se trabajó en los incidentes de excarcelación. Es como si hubiese habido una orden antes de cualquier tipo de análisis técnico de las circunstancias de la causa”.
Cada uno de los hechos analizados dan cuenta de la trama que los conecta, lo que pareciera ser parte de un guión anticipado, con el objetivo de generar caos a la par de criminalizar la protesta.“Y cuando empiezan a sacudirle el coche para darselo vuelta, el sale a avisale a la policía de Ciudad cuando incluso estaban a tiempo de impedir que lo rompieran y lo quemaran, yo lo escuché decir, que tenían autorización de no intervenir para evitar males mayores, y mientras tanto, a seis cuadras de distancia estaban deteniendo a gente que salía de subte, o cruzaba la calle, o vendía empanadas o choripanes”.