Poemas de Rubén Vigo
CONQUISTA
El dedo a secas señala,
ahí está el invasor,
espía del odio,
sembrador
de luz negra.
Trae la iglesia
su poder,
viene de lejos,
viene en senderos
con un eco de piedras.
Nadie es palabra,
abruma el fuego
contra el dueño de todo,
hay gritos secretos,
hay agua muerta,
hay hojas sin tallo
y tierra sin frutos.
Gritan campanas,
límite del hombre,
del señor del acero,
de la bala.
Igual crece el sabor bueno,
es lucha de todos
armar la hierba,
decir triunfo,
decir enormes,
decir fuera.
Hay que armar al trueno,
a la cumbre,
hay que armar al río,
a la roca.
Ahora la planta
dice del pueblo,
dice del grano,
dice la tierra,
dice nuestra.
LA PATRIA DE NOSOTROS NO ES TUYA
Dos banderas,
la mía y la tuya,
sueño de antaño
el mío y el tuyo.
La patria en mitades,
la patria sin vida,
golpe de árboles,
paisaje blanco de emblemas,
camino erguido de luchas,
camino cubierto de asnos.
Hay dos banderas
la mía y la tuya,
tú divides y restas
yo multiplico las sumas.
Yo tengo una patria
y tú estas fuera,
no tienes ninguna.
MEMORIA
La memoria resucita, tiene ese don,
resucita al pasado muerto,
atrapado o extraviado,
al que va detrás de nuestros pasos,
olvidado, silencioso, humillado.
La memoria trae a nuestros viejos,
a nuestra historia,
a la sangre de cuerpos amados,
de piel ultrajada.
La memoria tiende la mano, es peligrosa,
por eso la atrapan, la hieren,
le dicen que es lo que no,
le enseñan a no ser,
a ser desmemoria.
Le dicen que el pasado es noche en pena,
calvario ajeno,
alegría derrotada,
dolores plenos,
que el pasado son cántaros sin agua,
calles con náufragos,
brazos alambrados,
que a cada palabra hubo un cepo,
que a cada mirada una ceguera,
que el pasado fue y no es y no será,
que es olvido.
La memoria se convence,
de a una en una la apropian, la devoran,
la tuya, la mía, la de todos.
El futuro es un árbol sin raíces,
crece atolondrado, se va en hojas,
crece sin saber, crece sin frutos…
La memoria tiene ese don,
aunque no le crean se cree,
y presta memoria a otro,
al que no sabe o no quiere saber,
como una posta,
entonces, uno urde un recuerdo
y otro trama esperanzas.
La memoria tiene ese don,
fabrica raíces y más raíces.
OLGA DE JUJUY
Por tu lucha Olga
¿Qué hago con esta sangre
de dos sangres
si no está?,
así decía Olga de Ledesma,
pueblo agotado con calles
de bagajo.
Leo en tu polvo
aquello que vive y que amo,
viento,
caricia,
piel,
agua.
Leo en tu polvo
la libertad
de tu ceniza durmiendo
entre el azúcar amargo.
Jamás rindiendo tus párpados
de pañuelo blanco,
de giros perpetuos.
Solitaria sembradora de sueños
derramando esperanza.
Olga de Ledesma
canción de la tarde,
canción de lucha.
Hembra que a muerto
y no muere.
Hembra madre,
hembra esposa.
Ahora sabemos
que hacer con tu sangre,
ahora sabemos que es de todos
tu lucha.
PACHAMAMA
A quien me eche de menos
le pido perdón.
Por mucho tiempo fui,
a no dudarlo, fui,
me remito al recuerdo de todos,
y al mío propio.
Por siglos atrapé al amor,
a la lucha,
al júbilo,
a la paz,
al trabajo,
a la risa,
a la utopía,
al futuro,
a la esperanza.
Por siglos los tuve en un puño
aferrado al mañana,
porque así, a puños cerrados,
sin abrirlos,
se avanza contra la duda.
Supe armar cicatrices
de las heridas,
caricias de las penas,
ser prófugo del recuerdo,
consolar y ser consolado.
A quien me echa de menos
por haber sido
le exijo,
hasta le ruego,
que no admita lo que soy,
que me busque en lo que he sido,
están en todo su derecho.