El pasado fin de semana se vivió en Mendoza una nueva edición del Año Nuevo del Sur, una celebración profundamente simbólica que, a contracorriente del calendario impuesto por la lógica eurocéntrica, reconoce el solsticio de invierno como el verdadero inicio de un nuevo ciclo para quienes habitamos el hemisferio sur.
Más allá del espectáculo multidisciplinario que colmó el Teatro Independencia, con música, danzas andinas, narración oral, marionetas y poesía, lo que se vivió fue un acto colectivo de memoria, identidad y resistencia cultural. Impulsado por el colectivo artístico liderado por Patán Púrpura, y con la participación de artistas de Mendoza, Chile y del interior profundo, el encuentro volvió a recordar que el arte también es herramienta para reconectar con los ritmos de la tierra, con los pueblos y con los saberes desplazados por siglos de colonialismo cultural.
Desde hace 23 años, esta celebración viene afirmando que no hay futuro posible sin el reconocimiento de nuestras raíces y sin una relación consciente con la naturaleza. Este 2024, bajo el lema “Agua Vida”, el festejo puso en primer plano la defensa del agua como bien común y sagrado, en un contexto de avance del extractivismo y el negacionismo ambiental.
El Año Nuevo del Sur no es solo una fiesta: es una interpelación política a los sentidos dominantes del tiempo, del territorio y del poder, una invitación a sembrar otra forma de habitar, más justa, más nuestra, más viva.
Compartimos a continuación la entrevista a Miguel Ángel “Patán” Purpora en el aire de En colectivo por Radio Comunitaria La Mosquitera FM 88.1: