Vecindario acá estamos. Otro mes, invernal, nunca mejor dicha aquella frase que versa “hay que pasar el invierno”. Está costando y mucho. Desde nuestra última entrega el clima social está complejo, por decirlo de alguna forma, está mal, hay tristeza, inmovilidad, frío y desazón.
Muchas personas perdieron su pensión, fueron al cajero automático a cobrar y la máquina les vomitó, cero cero cero, desorientados, pensando que era un error y aún creyendo que “nada de lo que les había sido dado podían perder”, fueron en busca de respuestas alentadoras. La respuesta del Estado fue que había “irregularidades”, que las pensiones se las habían dado a “cualquiera”, y cualquiera podían ser ellos mismos, ellas mismas. Algunas pensiones fueron rehabilitadas pero ¿quién le quita los meses de penuria que para otros fueron errores? Tristísimo. ¿Y la sociedad que pensará?
Los jubilados y pensionados la siguen sufriendo, las quitas de remedios son temibles. Los tarifazos se hacen sentir, el aumento de los alimentos y los remedios consumen los magros ingresos. Todos en nuestras casas tenemos algún jubilado o jubilada que mes a mes ve que el dinero no le alcanza, pero también ven que los más ricos cada vez pagan menos impuestos. Querían revisar las pensiones por viudez, ordenado por alguien repetían el mismo libreto, que podían haber “truchadas”, los viejos buscando papeles amarillos entre los recuerdos de fotos e historias personales, con miedo, con la angustia de perder una pequeña entrada, parece que algún asesor con buen tino habrá sido escuchado, seguro alguno que no pensó en los viejos sino en los votos por perder ante semejante salvajada. Desistieron a poco de comenzarlo. ¿Y la ciudadanía que pensará?
La vedette del mes fueron los despidos de Pepsico (Pepsi Cola), con un cartelito sobre la puerta cerrada, de ese lugar donde durante decenas de años fueron a cumplir con su derecho al trabajo y a un sueldo, los 600 laburantes quedaron despedidos, en la calle. La empresa se mudó, así nomás y chau. El Estado que somos todos nosotros y que debería intermediar, defender nuestros derechos y pararse delante de la empresa y decirle: No señores, ustedes no pueden hacer esto y en forma indolente e ilegal despedir así, sin más con todo lo que han ganado por años. ¿Qué hizo el Gobierno? ¿Qué hizo la Justicia? Sencillamente envió a las fuerzas de seguridad, a quien el presidente les ordenó, “firmeza” y con ese empujoncito de valor, sacó de cuajo a quienes habían tomado la fábrica, para luchar por sus derechos. Y ahora, después de mucha agua bajo el puente, nos enteramos que el trabajo no es un derecho, los únicos que tienen derecho son los que tienen el capital, los que se definen como dueños del País y de la República. Los medios de comunicación más concentrados, emporios de los grandes negocios, alejados de la verdad, nos dicen una y otra vez, que lo que se hizo está bien, y que las empresas pueden echar cuando quieran y como quieran a sus empleadxs. Tanta sangre y lucha para llegar a esta conclusión. Y la población que ¿piensa? ¿El pueblo piensa algo frente a esto? ¿Qué? Pensara que los laburantes deberían mudar su vida y las de sus familias al lugar de residencia que imponga la empresa. Pensará que a esos trabajadores les pasa porque algo mal hicieron. ¿Pensarán que a ellos no les tocará nunca, algo similar? O simplemente esperarán paciente que ese problema golpee a su puerta. Desde La Mosquitera repudiamos la represión. Creemos que nunca es repuesta a la lucha genuina por la defensa de los derechos, ni los palos, ni las balas, ni los golpes, porque el País es de todxs, ¿o no? Lamentamos que el Gobierno elegido por el pueblo, haya sido quien dé esta pobre respuesta. Y nos preguntamos también, ¿por qué a vos no te va a tocar que te echen?¿por qué a vos no te va a tocar ser viejo?
Para cuando esta Mosquitera esté en sus manos, o pantalla, sabremos cuáles son las condenas que recaerán contra los cómplices civiles de la dictadura militar, aquí en Mendoza. Somos una de las pocas provincias que avanzó en el juzgamiento de quienes colaboraron para que el genocidio practicado, fuese posible. Tan conservadores y pacatos no seremos entonces. Desde La Mosquitera celebramos que estos juzgamientos ocurran, y bregamos para que la MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA… sean los valores que guíen los pensamientos y reflexiones de nuestro pueblo, con cada acto que el Estado sea capaz de hacer.