En el Espacio de Literatura de hoy, charlamos con Silvia Minoli sobre su libro “Por ellas, por todas” donde relata los hechos que siguieron a las desapariciones de Johana y Soledad, allá por 2011 y 2012. Fue protagonista de una lucha incansable por saber la verdad de lo que había ocurrido con ellas. Un relato imprescindible para mantener viva la memoria colectiva y que, parafraseando a Rodolfo Walsh, los de abajo no tengamos que comenzar de cero cada lucha, separada de las anteriores. De la mano de Jagüel Editores de Mendoza, el libro verá la luz próximamente y ya se encuentra en preventa, para ello contactarse a sgm6330@gmail.com
Comenzó Silvia: “…el libro “Por ellas y por todas”… yo creo que nace el día que desaparece Johana y empezamos con la búsqueda, no la idea de hacer un libro, pero sí las historias empiezan a gestarse… esta historia que comenzó el 4 de setiembre del 2012 hay que ponerla en palabras, ya la hemos puesto muchos años en palabras verbales, ahora quería ponerla en palabras escritas. La memoria siempre está en riesgo, como haciendo equilibrio en la vida, la memoria es conservarla para que no nos vuelvan a pasar las mismas cosas. Con respecto a este tema nos siguen pasando las mismas cosas, sigue habiendo mucha violencia social en general… y además el tema específico de las mujeres, y yo le quiero agregar las niñas, los niños, adolescentes, porque son los más vulnerables y los más vulnerados…”
Luego nos contó sobre el libro: “…es una crónica que cuenta los hechos, más o menos hilados… es un entramado bastante complejo el que ha habido y nosotros lo entendíamos, cuando hablo de nosotros hablo de la escuela que tuvo la valentía de salir a buscar a su niña, descubrir que habían desaparecido la mamá de tres, dos nenes y una nena más en la escuela y se difundió gracias a que la institución lo visibilizó, porque es muy difícil para las familias y más para las familias empobrecidas, lograr que las visualicen…”
Más adelante expresó sobre el rol de la escuela: “…poner en hechos lo que se dice en palabras: este vínculo que debe establecer la escuela con la familia, que debe ser un vínculo estrecho, no es meterse en la vida de las familias, es ver dónde nos necesitan, dónde hay una necesidad, dónde hay un deber, dónde falta un derecho, todo eso encadenado hace que la escuela esté más cerca de la comunidad…”
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