SIN FUTBOL, SIN IDIOSINCRASIA

Por Alejandro Ballén

Quería comenzar esta nota tomando una frase de un gran amigo y escritor: Rubén Lloverás, donde alude a que los porteños nos han robado la idiosincrasia. Ni hablar de los europeos. ¿Por qué nuestr@s niñ@s, adolescentes y/o adultos nos ponemos una camiseta del Barsa, Manchester o Real Madrid?. O localmente podemos decir ¿Por qué usamos y nos ponemos camisetas de Boca, River, el Rojo? o ¿por qué seguimos a estos equipos tan alejados de nosotros, de nuestro barrio y de nuestra idiosincrasia?.

Sin ir más lejos y de última, los últimos equipos que mencionamos son argentinos. Pero si estoy viviendo en el Bermejo elijo ver, seguir, alentar y llegar a un punto de enamorarme, por ejemplo de River Plate. Entre Bermejo y Núñez mucho que ver no hay, la mayoría no conocemos Núñez distrito de Buenos Aires.

Generalmente vivimos a pocas cuadras del club de Barrio, un poco más un poco menos. El club, el equipo, la gente, la camiseta que si nos identifica. El equipo que si nos representa, que si se parece a nosotr@s. Los colores del  corazón tendrían que ver con el lugar donde pasamos mayor tiempo, con nuestra gente, con nuestros familiares  y con nuestr@s amig@s.

Tendría que ser así; pero tal vez los productores de televisión, aquellos de Buenos Aires o de algún medio Extranjeros Fox Sport o TNT; les conviene que sintamos simpatía por un equipo que ellos consideren. Algún equipo de televisión o estos equipos que Fox Sport o TNT nos dicen que tenemos que “Sentir la pasión desde adentro”.

Si es un hecho, que a lo largo de varios campeonatos, torneos y demás, estuvimos pendiente de estos equipos, que no nos representan y que tal vez, no se parecen en nada a nuestros hábitos, costumbres o formas de vivir y de relacionarnos. Pero la televisión y los medios monopólicos o medios de distracción nos hicieron creer que sentimos la pasión desde adentro. ¿Cómo hacemos? si todos estos últimos años, nos dijeron todo lo que debíamos sentir y pensar futbolísticamente.

Obvio que vamos a elegir el futbol de afuera, el que se ve todos los días en el cuadradito televisivo de nuestra casa. Obvio que cuando estos equipos vienen a nuestra provincia, formaré parte de las largas filas para obtener una entrada .Obvio también que pagaremos fortuna por esa camiseta oficial, original, llenas de publicidades que ninguna empresa nos paga para ser las veces de franquicia. Y obvio, muy obvio que el Pack futbol será para algun@s una prioridad en sus hogares.

Cómo hacer para estar aislado de tantos datos, imágenes y relatos televisivos que nos alejan de nuestros equipos de barrio; y hacen que se centre la atención futbolística en un equipo de Buenos Aires o de otro rincón del mundo. Estar atent@s será el desafío.

Priorizar el sentimiento y la identidad sobre lo que propone la televisión, valorar nuestras costumbres, querer y defender los colores del equipo que si nos representa. En donde los jugadores del equipo de mi Barrio, sí juegan por la camiseta y por el club. Entrenan, juegan y se esfuerzan  por tod@s nosotr@s, dejan “todo” en la cancha como suele decir el cantito de l@s hinchas.

¿Será poca la actitud de nuestros jugadores locales?, que no nos convence del todo, o desconocemos sus méritos porque no salen en televisión. Porque trasmiten en directo partidos de La Súper Liga y no de La Liga Mendocina de Futbol. ¿Dónde quedó nuestro interés? ¿Por qué abandonamos nuestro equipo de Barrio?, ¿Por qué no acompañamos?, ¿por qué no colaboramos? o ¿por qué sentimos identidad por el equipo de la televisión?

¡Muchos interrogantes! Será también que los medios de comunicación dejaron de ser “Medios de Comunicación” y no cumplen una función social, ya que se han convertido en grandes empresas mediáticas, que te machacan la cabeza con Boca, River, Barsa, Manchester, Real Madrid, etc.

La no obtención del maravilloso y costoso Pack futbol, será la oportunidad de volver a nuestras raíces, de acercarnos al club de nuestro barrio. Conocer a nuestros jugadores, conocer cómo se entrenan y la realidad que tienen cada uno de ellos en sus hogares. Que lo hacen distintos a todo.

Reflexionar, debatir y repensar, continua siendo la propuesta, para ver si es cierto – o no – eso de que la televisión nos ha robado la idiosincrasia del club de nuestro barrio.