Son algunas de las banderas que se sostiene y defiende desde la UST Campesina de Lavalle.
Desde la columna radial del espacio Ni Una Menos, dialogamos con Mariana Díaz Valentín, integrante de la UST- Lavalle, quien compartió sobre la visión y los desafíos como organización campesina y feminista.
“Nosotres formamos parte de UST Campesina y territorial, una organización de campesines de distintos distritos de la provincia, dentro de los ejes por los que luchamos es la soberanía alimentaria, la vida digna en el campo; entendemos que la vida debe ser digna para todos, todas y todes, y en eso estamos trabajando para que los derechos puedan llegar a todos los rincones”, expresó Mariana y agregó: “Dentro de esos derechos el de tener autonomía las mujeres y las infancias en el campo también, por eso estamos en NI UNA MENOS, así poder tomar fuerza, nos da cohesión más allá de las diferencias y la idea es transformar las desigualdades que existen y mucho todavía lamentablemente”.
En este sentido, desde la UST desde hace unos años se trabaja en la formación de promotoras territoriales de género cuyo papel es clave en los diferentes lugares. En relación a esto, Mariana dijo: “la violencia está naturalizada y son las mismas compañeras de los distintos lugares son las que saben si alguna vecina está atravesando alguna situación de violencia, y saber que esa vecina no está sola, que se ayuda y acompañar a vincular con instituciones del Estado que tienen que dar la respuesta. Ayudar y que no quede en el silencio porque culturalmente están muy arraigadas”.
En ese marco, desde la UST se lanzó la campaña ROMPÉ EL SILENCIO, NO ESTÁS SOLA con el objetivo de identificar y visibilizar las situaciones de violencia con la consigna de “no estamos solas”, poniendo el eje en una cuestión central: el problema es el patriarcado, no somos nosotras.
“Unida a esa campaña de rompe el silencio; no estas sola,” lanzamos otra que fuera de registro, porque está invisibilizada muchas de las tareas que sostienen las mujeres campesinas, desde la producción de alimentos y sostén de todas las tareas reproductivas y productivas; eso generalmente no está registrado en las políticas públicas ni en los registros productivos, no son tenidas en cuenta como actoras económicas”, comentó Mariana.
Los próximos 15 de octubre es el día de la mujer rural y el 16 el de la soberanía alimentaria, dos luchas que vienen de la mano y que gracias al rol que tienen las mujeres en todas las zonas rurales es posible construir soberanía alimentaria.
“Los roles comunitarios en zonas rurales son el sostén de los vínculos, ya que no hay dónde recurrir porque no hay lugares del Estado cercanos; y son las promotoras de género quienes van dando respuestas, han sido claves al no haber instituciones del Estado cercanas donde referenciarse. En la pandemia eso ha quedado muy claro y también que es una tarea esencial que ellas han sostenido”, dijo Mariana.
Finalmente, Mariana compartió: “Creemos que hay que cambiar la mirada del mercado y el sistema productivo por una soberanía alimentaria donde el centro sea la vida, la sostenibilidad de la vida, para poder reproducir la vida, no el mercado. Es necesario para eso la distribución de la tierra, el acceso al agua y que las mujeres puedan desarrollar su vida sin violencia. Conectando esa producción de alimentos para el mismo pueblo, haciendo llegar alimentos sanos, eso sostenemos desde el Feminismo Campesino y Popular”.