En nuestra primera mesa nos sentamos con Mariana Díaz, Alejandra Berlanga, Inés y Oscar Guidone, familiares de sobrevivientes.
Est@s comentan que han llegado al juicio después de dos años de lucha. La primera denuncia que se realizó fue en el 2008, por lo que pasaron 10 años hasta que otra sobreviviente se animó a denunciar, y luego, según estos testimonios, se dio una catarata de denuncias. “¡cuánta complicidad ha habido para que esto no se denunciara.
El Estado estuvo ausente, y esto pasó por la falta de control. En todos los lugares del mundo nos enteramos que estos abusos existen, asique esperamos justicia ejemplar, por toda la comunidad mendocina, porque esto nos pasó a tod@s”, manifestó una madre.
Recordemos que a partir de esta causa, se dejó en evidencia la situación del Próvolo en La Plata. Las familiares indicaron que fue por la lucha de las organizaciones, que se exigió formar una mesa interministerial e interdiscipinar, para hacer acompañamiento psicológico, entre otras cuestiones a l@s sobrevivientes.
Las familiares aseveran que todavía quedan muchas familias en extrema vulnerabilidad que necesitan que se les reestituyan sus derechos. Las madres comentan que “los curas se aprovechaban de las lejanías de las familias al Instituto, por eso se requiere acompañamiento, más allá del juicio. Esto es reestitución de derechos”.
Oscar Guidone, pone el acento en la perspectiva mundial. Oscar indica que el Vaticano encubre a estos delincuentes haciendo abstracción de lo religioso.